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Merkel y Hollande: «El nacionalismo es la guerra»

Felipe VI durante el encuentro que ha mantenido hoy con François Hollande y Angela Merkel en el Parlamento Europeo en Estrasburgo.
Felipe VI durante el encuentro que ha mantenido hoy con François Hollande y Angela Merkel en el Parlamento Europeo en Estrasburgo.larazon

Como hicieron Kohl y Mitterrand hace 26 años, la canciller alemana y el presidente francés critican los soberanismos en su intervención conjunta en la Eurocámara. Ambos líderes abogan por «más Europa, no menos».

La lucha contra los nacionalismos desde los valores europeos, el apoyo a una transición en Siria y una política de asilo común fueron las principales líneas de los discursos que ayer pronunciaron ante el Pleno del Parlamento Europeo la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande. El eje franco-alemán se dirigió a los europarlamentarios rememorando cuando en 1989 hicieron lo propio Kohl y Mitterrand tras la caída del Muro de Berlín. Distintos retos los de antes a los de ahora, pero siguen persistiendo los mismos miedos a la hora de afrontar los desafíos como europeos. «Estamos orgullosos de los logros históricos de los europeos a la hora de apoyar la reunificación alemana. La Europa unificada y libre parece algo normal, pero supuso un enorme esfuerzo. En los países reinaba el escepticismo, el temor... Muchos temían que se duplicara la población europea. Y hoy hemos visto que no se ha mermado nuestra libertad, ni la diversidad, sino que se ha afianzado e incrementado. Esto significa que tenemos más Europa y hemos aprendido de las lecciones de la historia», comenzaba Merkel su discurso.

Necesitamos «más Europa y no menos», señalaba la canciller, en respuesta a los nacionalismos que crecen para dinamitar el proyecto europeo. «Debemos resistir la tentación de volver a las medidas nacionales. Lo que hace falta ahora es más Europa. Alemania y Francia están preparadas», señaló la canciller. El presidente galo iba más allá y calificó a los nacionalismos como «la guerra», algo que ya dijo Mitterrand. «El soberanismo es el declive», puntualizó. No dudó en pedir soberanía para Europa, para que la UE pueda decidir por sí misma y «evite el regreso de nacionalismos y populismos». Hollande reconocía también que ante cada crisis se manifiestan ciertos «temores» en los Estados, asegurando que es ante estos desafíos cuando crecen los egoísmos nacionales. «No hay nada más vano que cerrarse en sí mismo», declaró. Invitó a todo aquel que no esté de acuerdo con el concepto de Europa a abandonarla. Los retos actuales se basan en decidir entre «la división o la unión, la renuncia o el refuerzo». «Es un debate de Europa o el fin de la UE y el nacimiento de los países y de las naciones, y es así», retaba Hollande.

Los discursos complementarios y paralelos servían a la bancada euroescéptica para arremeter contra la «subordinación de Francia respecto a Alemania». «Gracias, Merkel, por venir con su vicecanciller y administrador de la provincia francesa», empezaba su intervención la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen.

La guerra en Siria fue otro de los grandes ejes de los discursos. Hollande se aproximaba al drama humano desde la decisión francesa de intervenir militarmente en el país, mientras Merkel insistía en la necesidad de contar con un sistema de reparto de cuotas más justo y equilibrado entre los países europeos. «Siria nos concierne a todos porque los yihadistas y el régimen de Asad siguen alimentando este desastre todavía. A día de hoy el Gobierno sigue masacrando. Francia ha asumido su responsabilidad militar sobre la amenaza. Y Europa tiene que comprometerse a reconstruir Siria y crear un futuro político que no sea ni con Asad ni con Daesh [por el EI]. Pido a todos los europeos que presionen para que sea posible una transición», declaraba Hollande. Más ampliamente, la canciller pedía luchar contra las causas que provocan la afluencia masiva de refugiados. «Tendremos que arrancar el mal de raíz», dijo Merkel. «Tenemos que luchar contra las causas de las solicitudes de asilo. Hay que tomar decisiones financieras muy pronto. Los europeos nos vemos afectados por los acontecimientos mundiales, nos guste o no», declaró.

«Cuestionar la libre circulación de personas volviendo a las fronteras interiores sería una trágico error, pero pretender que Schengen, con su funcionamiento actual, permita hacer frente a las presiones en sus fronteras sería otro error», reconoció Hollande. El presidente francés también destacó que la UE «ha tardado en darse cuenta de que las tragedias en Oriente Medio o en África no podían no tener consecuencias para ella». Mientras, Merkel reclamó solidaridad y el respeto a estas personas: «Solamente juntos vamos a conseguir gestionar la enorme tarea de integración que nos espera».