
Juicio en EE UU
Montó una empresa de vinos de lujo, recaudó dinero de inversores y acabó estafando casi 100 millones de euros: será juzgado en EEUU
El británico que estafó más de 90 millones de euros con vinos de lujo se enfrenta a la justicia en EEUU

Comienza un juicio en EEUU por un caso muy singular. James Wellesley, un ciudadano británico de 58 años, ha sido extraditado a Estados Unidos para enfrentarse a la justicia por su presunto papel como cerebro de una estafa multimillonaria que utilizaba vinos de lujo como cebo. Wellesley se ha declarado no culpable ante un juzgado federal de Nueva York, donde se le acusa de orquestar un fraude que superó los 90 millones de euros.
Coleccionistas ficticios y promesas vacías que configuraron el engaño
Según los fiscales, entre 2017 y 2019, Wellesley y su socio, Stephen Burton, montaron una trama sofisticada a través de su empresa Bordeaux Cellars, a través de la que el engaño no consistía en vender vino, sino en algo mucho más astuto: ofrecían a inversores préstamos de alto rendimiento que, supuestamente, estaban garantizados por valiosas colecciones de vino pertenecientes a millonarios.
Pero la realidad era muy distinta, pues tanto los coleccionistas como sus bodegas eran una completa invención y para llevar a cabo su cometido, el dúo captaba a sus víctimas en conferencias internacionales, prometiendo seguridad y grandes beneficios. Sin embargo, el dinero de los inversores era desviado para financiar su lujoso estilo de vida y mantener la fachada del negocio fraudulento.
Una persecución internacional y sus graves consecuencias
La operación para desmantelar la red ha sido una compleja labor internacional. Wellesley fue arrestado en el Reino Unido en 2022 antes de su reciente extradición, y su cómplice, Stephen Burton, fue capturado un año después en Marruecos mientras intentaba usar un pasaporte zimbabuense falso, y también fue extraditado a Estados Unidos.
El FBI ha calificado el caso como un fraude de alto calibre por su complejidad y alcance global. Ahora, ambos acusados permanecen detenidos a la espera de juicio en el que, de ser declarados culpables, se enfrentan a una pena máxima de hasta 20 años de prisión.
El proceso judicial en Nueva York promete desvelar todos los detalles de una de las estafas más elaboradas de los últimos años, un caso que sirve de advertencia sobre las fachadas de lujo en el mundo de las inversiones.
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