Israel
Moshe Haelion: «Sólo los jóvenes que podían trabajar vivían»
No parece haberse olvidado ningún detalle. Para Moshe Haelion, que a comienzos de febrero cumple 90 años, el tiempo transcurrido no es impedimento para tener muy presente todo lo que vivió. En realidad, cree que lo contrario sería imposible.
Cuando la guerra llegó a su Salónica natal, tenía 16 años y vivía con sus padres y su hermana menor. Cinco días después de la entrada de los nazis a Grecia, su padre falleció por un problema de salud. Y a su madre y hermana, las perdió el mismo día que llegaron a Auschwitz, el 13 de abril de 1945, cuando hacía poco había cumplido los 18 años. «La separación era inmediata, en grupos, y sólo los jóvenes que podían trabajar, eran dejados con vida», nos cuenta. «El resto, al crematorio, aunque yo lo comprendí tiempo después y no lo podía creer».
Un tío que también llegó con ellos en el mismo transporte desde Grecia, sobrevivió cuatro meses, hasta que se enteró que su madre, su esposa y su hijo, habían sido asesinados. «Perdió toda voluntad de vivir, dejó de comer, vendía sus raciones a cambio de cigarrillos... y llegó a un estado tal que no podía trabajar. Y eso, en Auschwitz, significaba muerte segura». Moshe recuerda con nostalgia la vida de los judíos en Grecia, rica y variada culturalmente. Había 50 sinagogas, relata, y la única que está hoy en pie, es aquella en la que él mismo celebró su Bar Mitzva, la ceremonia religiosa en la que todo varón judío, al cumplir trece años, es considerado, desde ese momento, responsable.
«Al principio no sentimos nada especial contra los judíos», cuenta Haelion, aunque tenían que estar con la distintiva estrella amarilla. «En un año y medio no hicieron casi nada, pero luego empezaron a tomar medidas y lo primero fue prohibirnos ir a la escuela. Después, el fin que nos acompañaba diariamente». Como en «la marcha de la muerte» a la que fueron obligados , al ser evacuados los campos de Polonia. «Caminamos días y días en la nieve y al que no podía caminar, lo mataban . Así de sencillo». Moshe recuerda que después de Auschwitz estuvo en otros tres campamentos. El 5 de mayo de 1945, fue liberado del último.
Su idea era retornar a su tierra natal pero finalmente optó por venir a Israel, antes de la independencia. Llegó en junio de 1946. Algo más de seis meses después, contrajo matrimonio con quien fue su compañera hasta hace cinco años, cuando falleció. La había conocido en Italia después de la guerra. Con ella tuvo una hija y un varón, de los que tiene seis nietos y cuatro bisnietos. «Hace años, una vez, fui a Auschwitz y vi que estaba allí con mi hija y mi nieta, cuando ésta estaba embarazada», cuenta emocionado. «Y yo pensé: aquí estoy, donde quisieron exterminarme, con cuatro generaciones de mi familia. No lo lograron».
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