Terremoto en México
Muere un español residente en Ciudad de México
Exteriores confirma que hay todavía una decena de nacionales desaparecidos
Exteriores confirma que hay todavía una decena de nacionales desaparecidos.
El Ministerio de Exteriores confirmaba ayer a mediodía la primera víctima mortal española en el terremoto de Ciudad de México, así como la desaparición de una decena de ciudadanos españoles en las zonas más afectadas. La comunidad española en México es muy amplia. Según el registro de matrícula consular, asciende a 145.707 (144.068 residentes y 1.639 no residentes). Y hay más de 6.000 empresas instaladas en la capital. De igual modo, el país azteca es uno de los destinos vacacionales preferidos por los españoles, por lo que, además de los residentes, numerosos turistas se encontraban en México el día del temblor. España es el séptimo mercado a nivel global y el segundo a nivel europeo más importante para la industria turística de México, lo que se traduce en más de 298.000 visitantes, según datos de 2016. El consulado contactó ayer con la familia de la víctima, residente en la capital, tras identificar el cuerpo.
Por suerte, otros españoles pueden relatar lo ocurrido. A Blanca no le dio tiempo a reaccionar. Tiene 62 años y es vasca de nacimiento. Se encontraba en la planta 12 del edificio donde trabaja en la zona de Polanco, en la capital mexicana, cuando todo comenzó a temblar. «Los edificios se movían de sitio, parecían de juguete, todo se caía. La gente gritaba, había compañeras muy nerviosas... todos estábamos muy asustados», relata a LA RAZÓN. En los 35 años que lleva residiendo en México nunca había vivido una situación similar, ya que durante el temblor de 1985 había salido del país. «Estamos acostumbrados a que cuando se va a producir un terremoto suena una alarma y tenemos un margen de 30 segundos para refugiarnos, pero en esta ocasión no ocurrió así. Además, este terremoto fue trepidatorio, es decir, que se mueve en vertical y no en horizontal, por lo que es más peligroso», añade Blanca, quien subraya que fue «un minuto y medio de espanto» lo que duró el corrimiento de tierra.
Después del temblor fue evacuada y tuvo que andar durante casi dos horas hasta su casa, en La Condesa, ya que los transportes no funcionaban. Allí le esperaba su hijo. Tenía todavía el miedo en el cuerpo. «En un primer momento se subió a la azotea. Temía que las escaleras se desplomaran. Pero cuando nos encontramos ya estaba ayudando a la gente. La verdad que la solidaridad de toda la gente está siendo admirable», añade. Ahora espera volver pronto a su casa (se ha mudado temporalmente a la residencia de unos amigos) donde hay mucho que arreglar: las paredes están agrietadas y no hay suministro eléctrico ni de agua.
Carlos Torres, de Elda, es otro de los españoles que se encontraba en uno de los barrios más castigados. «Estaba en casa cuando todo empezó a moverse. Vivo en un primero, así que lo primero que hice fue salir a la calle. Fuera había mucha gente, gritaban de pánico. Desde allí vi cómo el edificio se movía muchísimo y los vecinos no paraban de gritar mientras crujían las paredes. Intenté ayudar en lo que pude a quitar escombros... había gente que estaba atrapada... », lamenta. Precisamente, España ha enviado a México a medio centenar de efectivos de la UME para ayudar en las labores de rescate.
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