Afganistán

Mueren en Afganistán el reportero gráfico David Gilkey y su interprete

Murieron mientras viajaban con una unidad militar afgana cerca de Marjah, un área agrícola de Afganistán en la provincia de Helmand (suroeste del país)

Imagen de archivo del reportero gráfico, David Gilkey y del intérprete afgano, Zabihullah Tamanna, en Afganistán
Imagen de archivo del reportero gráfico, David Gilkey y del intérprete afgano, Zabihullah Tamanna, en Afganistánlarazon

El reportero gráfico de EEUU, David Gilkey, uno de los mejores del mundo, y su interprete afgano Zabihullah Tamanna murieron hoy en Afganistán

El reportero gráfico estadounidense David Gilkey, considerado uno de los mejores del mundo, y su interprete afgano Zabihullah Tamanna murieron hoy en Afganistán, informó la radio pública de EEUU para la que trabajaba Gilkey.

Los dos murieron mientras viajaban con una unidad militar afgana cerca de Marjah, un área agrícola de Afganistán en la provincia de Helmand (suroeste del país) y en donde las fuerzas afganas sufrieron un ataque, informó en un comunicado la portavoz de la National Public Radio (NPR), Isabel Lara.

El vehículo en el que viajaban los dos fallecidos sufrió impactos del fuego de artillería que lanzaron los atacantes, que no fueron identificados por la portavoz de NPR.

Otros dos periodistas de la misma cadena de radio, Tom Bowman y Monika Evstatieva, viajaban en el mismo convoy pero salieron ilesos del ataque, detalló el medio de comunicación.

David Gilkey tenía 50 años y Tamanna, que años antes había trabajado como fotógrafo, tenía 38 años.

David Gilkey era considerado como uno de los mejores periodistas gráficos del mundo y entre los galardones que había recibido se incluye el George Polk en 2010, un Emmy en 2007 y docenas de distinciones de la Asociación de la Casa Blanca para Fotógrafos de Noticias.

"David ha estado cubriendo la guerra y los conflictos en Irak y Afganistán desde el 11 de septiembre. Se dedicó a ayudar al público, a ver las guerras y a las personas atrapadas en ellas. Él murió persiguiendo ese objetivo", dijo en un comunicado Michael Oreskes, uno de los vicepresidentes de NPR.

"Como hombre y reportero gráfico, David trajo la humanidad de todos los que le rodeaban. Él nos dejó ver el mundo y a cada uno de nosotros a través de sus ojos", añadió Oreskes.

Según detalla la radio pública en su web, el fotoperiodista cubrió guerras en Afganistán y en Irak y también retrató con imágenes el fin del orden racista del "apartheid"en Sudáfrica, así como el conflicto palestino-israelí en la Franja de Gaza.

Además, cubrió el devastador terremoto de Haití en 2010, la hambruna en Somalia y la epidemia de ébola en Liberia.

"Las cosas que hacer son increíbles y los lugares para ver son épicos, pero la gente, la gente es lo que hace que todo valga la pena", dijo una vez Gilkey sobre su trabajo, según recuerda hoy la radio para la que trabajaba.

Según el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), desde 1992 han muerto en Afganistán 27 periodistas, entre los que se encuentra el español Julio Fuentes, periodista de El Mundo, y la fotoperiodista alemana Anja Niedringhaus que trabajaba para la agencia de noticias AP.

La base de datos de CPJ muestra que el 90 % de los periodistas asesinados en todo el mundo son locales, aunque tres cuartos de los reporteros muertos en Afganistán desde 1992 han sido periodistas extranjeros, según la organización periodística.

"Hay demasiados periodistas que han dado sus vidas para contar la historia de Afganistán", resaltó en un comunicado publicado tras las muertes Bob Dietz, coordinador del programa de Asia de CPJ.

En Afganistán, los talibanes han intensificado sus ataques contra plazas de las fuerzas afganas desde que en 2014 los estadounidenses comenzaran su retirada progresiva del país, al tiempo que grupúsculos del Estado Islámico (EI) se han establecido en el país.

Las fuerzas de seguridad afganas siguen viéndose limitadas en su capacidad de mantener su dominio más allá de Kabul, la capital, y la ayuda aérea o en inteligencia de los estadounidenses sigue siendo clave para consolidar la autoridad del gobierno de Afganistán.

Efe