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Multitudinaria manifestación a favor de la UE en Ucrania

Choques entre manifestantes y policías, ayer, en el centro de Kiev
Choques entre manifestantes y policías, ayer, en el centro de Kievlarazon

Las calles de Kiev acogieron ayer la mayor manifestación desde la Revolución Naranja de 2004. Entre 50.000 y 100.000 personas, según los convocantes, recorrieron el centro de la capital de Ucrania para exigir al Gobierno la firma del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea (UE). Y es que el que Ejecutivo sorprendió el jueves a propios y extraños al dar marcha atrás en su acercamiento a Europa y abogar por estrechar sus lazos eonómicos con Rusia.

«Ya no se trata de una elección de políticas, ni de un partido político. Se trata de una elección de valores», asegura a Euronews una de las manifestantes. «Aquí no sólo hay banderas políticas, hay muchas banderas ucranianas y también europeas». «Si no se toma una decisión correcta, va a pasar algo aún mayor que la revolución de 2004», advierte otra participantes al «Kyiv Post».

A imagen y semejanza de las movilizaciones que hace una década obligaron a repetir las elecciones presidenciales ganadas fraudulentamente por el prorruso Viktor Yanukovich (actual jefe de Estado), los partidos de la oposición anunciaron que no levantarán su campamento hasta que las autoridades rubriquen el tratado con la UE, previsto para la cumbre de la Asociación Oriental que se celebra este jueves y viernes en Vilnius (Lituania).

En opinión de la hija de la ex primera ministra Yulia Timoshenko, condenada a siete años de cárcel por «abuso de poder», «esto es sólo el principio de la revolución que nos llevará hasta Europa. Sólo nos quedan cinco días y creemos que si la gente se queda aquí y lucha contra los políticos, al final conseguiremos que el Gobierno firme». En el mismo sentido, se expresaba su madre en un comunicado publicado en la web de su partido. «Hoy tenemos una tarea clara: obligar a Yanukovich a revocar su humillante decisión y a firmar el acuerdo el 29 de noviembre en Vilnius».

Precisamente, el traslado de la líder de la oposición a Alemania para que reciba tratamiento médido era la condición exigida por Bruselas para firmar el acuerdo. Sin embargo, el Parlamento (Rada Suprema), dominado por el oficialista Partido de las Regiones, rechazó el jueves dicha posibilidad. «La decisión (...) fue difícil, pero la única posible en la situación económica creada en Ucrania. Esta decisión está dictada exclusivamente por motivos económicos», se limitó a decir el primer ministro, Nikolai Azarov, para justificar el giro a Moscú.