Diplomacia
«Necesitamos más unidad para superar la crisis existencial de la UE»
Stefano Sannino llegó en marzo del año pasado a España como máximo representante de Italia en nuestro país y con la intención de consolidar el buen estado de las relaciones bilaterales.
Stefano Sannino llegó en marzo del año pasado a España como máximo representante de Italia en nuestro país y con la intención de consolidar el buen estado de las relaciones bilaterales.
Italia, un país unido a España por mucho más que la afinidad cultural, fue el encargado de iniciar el ciclo de «Encuentros Diplomáticos» que organiza LA RAZÓN. El embajador del país transalpino, Stefano Sannino, acudió a la sede de este diario para analizar la fortaleza de los lazos con nuestro país y subrayar la importancia de consolidarlos. «Presentar a este embajador es un placer. En marzo cumple un año de su llegada a España y ha aprovechado este tiempo muy bien, por ello quiero darle la enhorabuena», aseguró Ana Pastor, la presidenta del Congreso, que fue la encargada de introducir a Sannino ante el auditorio.
Por su parte, el embajador italiano decidió abrir su discurso mostrando su orgullo por el buen estado de las relaciones bilaterales de su país con España y haciendo un balance de números que pone sobre la mesa la estrecha colaboración entre ambos países. «Nos unen más de 36.000 millones de euros en intercambio comercial. Las exportaciones italianas superan lo que España exporta a China o Rusia y las importanciones son superiores a las de Estados Unidos o Japón. Italia es el segundo inversor extranjero en España», explicó Sannino, que además incidió en que su país es el primer destino para los estudiantes españoles.
Siguiendo este argumento de colaboración esencial, el diplomático incidió en que la suma de Italia y España aporta una serie de valores añadidos muy interesantes. Por eso, desde la embajada del país transalpino en España han dado luz verde a un proyecto denominado «It Mak Es», a través del cual se pretende poner en contacto a las comunidades profesionales de ambas naciones. «El objetivo de este proyecto es crear una plataforma en la que diferentes expertos se pongan en contacto y realicen negocios juntos. Hemos empezado por el sector del diseño y habrá muchos otros proyectos», aseveró . Con esos «otros proyectos» se refería, por ejemplo, a uno de «economía colaborativa» para apoyar a los laboratorios que favorecen la innovación. «Es una apuesta ‘‘Glocal’’, trabajos locales con aspiración global», afirmó.
Pero si la cooperación entre España e Italia va sobre ruedas, la que se desarrolla en el seno de la Unión Europea no sigue el mismo sendero, según analizó el ponente. «La UE vive una crisis existencial», sentenció. Esta crisis es debida, según el embajador, a la situación económica que se arrastra desde 2007 y que ha mostrado la debilidad de los sistemas financieros. En su opinión, además de la política de austeridad empleada, hay que facilitar el crecimiento y el trabajo. «Además de la crisis económica estamos viviendo muchas otras, la de la seguridad que ha dejado una ola de atentados terroristas. Los ataques yihadistas han tenido un impacto fuerte en nuestras sociedades. Pero también sufrimos una crisis con Rusia que tiene sus consecuencias, igual que la migratoria», añadió. En este asunto no dudó en poner a España como ejemplo de una buena gestión de los flujos de migrantes. Por supuesto, en el decálogo de los males que rodean a la UE no faltó la mención al Brexit, «la primera vez que un país se va de la Unión», dijo con tristeza. «Esto supone un fracaso para todos. Significa que el proyecto no ha tenido éxito en todas las partes. Nos enfrentamos ahora a una situación en la que la UE se hace más pequeña y eso no es bueno», dijo.
En su diagnóstico sobre los puntos más relevantes que atañen a los Veintiocho, en breve Veintisiete, también ocupó un lugar especial la nueva Administración Trump. «Las primeras decisiones que ha tomado son muy fuertes y con un peso muy importante. Cambia las relaciones que EE UU ha tenido con sus socios en los últimos 70 años. Esto necesita una respuesta por parte de la UE», aseveró. El auge del populismo le preocupa y, por eso, Sannino considera que la Unión debe dar una respuesta que vaya más allá de la frase ya manida de «hay que hacerlo mejor». «Debemos responder con rotundidad a las necesidades de los ciudadanos. El propio ministro español de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, fue muy claro al asegurar que necesitamos más Europa, instituciones más fuertes , estados más comprometidos con la UE».
Esas respuestas rápidas desde Bruselas no son sencillas. Aun así, el diplomático italiano insistió en que hay que recuperar la confianza, ésa que se ha perdido en los últimos años y que ha dado alas a los populismos y movimientos euroescépticos. «Cerrando puertas o deshaciendo tratados no es el camino», dijo en alusión a las primeras medidas implementadas por el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
En estos tiempos, dijo Sannino, se abre un debate sobre ser responsables o solidarios, «pero esto es como el caso del huevo y la gallina. Debemos utilizar los dos a la vez y con inteligencia. Poner nuestra casa en orden y contar con el respaldo europeo», matizó. Ante los principales retos a los que se enfrentan los Veintiocho, añadió el de completar la unión bancaria y la unión monetaria. El proceso de reformas debe progresar. Tenemos que hacer políticas más cercanas a los ciudadanos», concluyó.
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