Terremoto en Nepal
Nepal enfrenta el invierno después del terremoto
Necesita combustible para repartir ayuda alimentaria y refugio seguro para los damnificados
Este domingo se cumplen seis meses del terremoto de magnitud 7,8 que sacudió a Nepal, que, según Naciones Unidas, afronta una “carrera contra el invierno” y tiene aún varios frentes abiertos para socorrer a las personas afectadas antes de la llegada de la estación invernal, especialmente proporcionarles refugio seguro y alimentación, y restablecer los servicios sanitarios. Los fuertes terremotos de los pasados 25 de abril y 12 de mayo dejaron un total de 8.891 muertos, destruyeron más de 600.000 casas
y dañaron otras 290.000 viviendas. Durante el apogeo de la emergencia, alrededor de 188.900 personas se vieron obligadas a desplazarse temporalmente. El Gobierno de Nepal y los socios humanitarios han proporcionado cobijo de emergencia a más de 700.000 personas tras estos desastres naturales, pero “el efecto de la llegada del frío severo es una preocupación con muchas personas aún sin vivienda duradera y permanente”, según la Oficina del Coordinador Humanitario de la ONU en Nepal. "Si bien se ha avanzado mucho, la comunidad humanitaria mantiene su compromiso de satisfacer las necesidades restantes", afirma Jamie McGoldrick, coordinador humanitario de la ONU en Nepal, quien añade que, “con el invierno en camino, debemos asegurar vivienda adecuada y alimentos, en particular a más de 80.000 familias". En los últimos seis meses, los socios humanitarios proporcionaron alimentos a más de 1,4 millones de personas, establecieron aulas temporales para 300.000 niños y ayudaron a las autoridades sanitarias
a restaurar todos los establecimientos de salud dañados. Estos esfuerzos garantizaron que no aparecieran brotes de enfermedades. Para llegar a aldeas remotas y aisladas, alrededor de 16.000 porteadores y cientos de mulas llevaron alimentos y otros suministros por las montañas y más de 500.000 damnificados por los terremotos recibieron dinero en efectivo para cubrir la brecha económica que les causó la devastación de sus medios de vida. “Cuando nos enfrentamos a retos difíciles como la temporada de monzones, los deslizamientos de tierra y las dificultades del terreno, nos sentimos orgullosos de cómo hemos sido capaces de apoyar al Gobierno
y al pueblo de Nepal y de responder a los retos en general”, apostilla McGoldrick, quien, no obstante, recalca que “las condiciones actuales son una preocupación”. Por ejemplo, el combustible escasea desde finales de septiembre y dificulta la distribución de la ayuda, con lo que los equipos humanitarios trabajan para encontrar una solución con el fin de que sean entregados los bienes necesarios a los hogares más vulnerables en invierno.
“MOMENTO CRÍTICO”
De hecho, Oxfam afirma que los esfuerzos de reconstrucción y de ayuda humanitaria atraviesan “un momento crítico” en Nepal con la bajada de temperaturas ante la cercanía del invierno, ante lo que mujeres, niñas, ancianos y personas con discapacidad son las víctimas más vulnerables. Oxfam advierte de que la escasez de combustible y la ausencia de un organismo público eficaz dedicado a la reconstrucción están retrasando este proceso e impidiendo la llegada de ayuda humanitaria (como material de abrigo para el invierno) a las provincias. La escasez de fuel durante las últimas semanas se debe a un bloqueo en la frontera con India por motivos políticos, lo que ha provocado retrasos o paralizaciones en la llegada de ayuda humanitaria y materiales de reconstrucción a las zonas afectadas, además de un incremento de precios en todo Nepal. Cerca de 81.000 personas todavía necesitan refugio para el invierno, según Oxfam, que considera “urgente” encontrar mecanismos que permitan
a los afectados proveerse de mantas y alimentos, así como recuperar sus medios de vida.
FRÍO EN LOS COLEGIOS
Por otro lado, cerca de 250.000 niños de Nepal acuden a aulas que no están preparadas para las frías temperaturas del invierno, en tanto que un millón de menores se han quedado sin escuelas permanentes y otros 171.000 necesitan apoyo para normalizar su vuelta a clase, según advierte Save the Children. “La educación para los niños que sobrevivieron al terremoto es fundamental para que puedan seguir adelante. Seis meses después del primer seísmo, muchos niños están dando clase en escuelas temporales
o incluso al aire libre. Las ONG y las agencias humanitarias estamos haciendo el máximo esfuerzo en levantar escuelas temporales, pero la construcción de espacios permanentes de cara al invierno tiene que ser prioritaria. La financiación para ello es urgente”, explica Andrés Conde, director general de Save the Children. Esta ONG subraya que las familias que habitan en zonas remotas todavía necesitan de manera urgente alimentos básicos y vivienda y corren el riesgo de endeudarse y caer en la pobreza extrema debido a los costes que supone la construcción de refugios temporales.
CENTROS SANITARIOS
Otra de las prioridades para la recuperación de Nepal es el restablecimiento de los servicios esenciales de salud en los 14 distritos más afectados, ya que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el invierno se acerca y es necesaria la atención traumatológica, rehabilitación y servicios de salud mental para la población afectada. El Ministerio de Salud y Población de Nepal, con el apoyo de la OMS
y otras entidades sanitarias asociadas, está formando a trabajadores para identificar y tratar la desnutrición aguda y para detectar a personas que tienen enfermedades mentales, mientras que se han creado centros de rehabilitación para pacientes lesionados.
AÑOS DE RECUPERACIÓN
Con todo, los esfuerzos de recuperación de Nepal son necesarios y los damnificados por los terremotos deben recibir apoyo a largo plazo porque necesitarán años para volver a recuperar las condiciones de vida anteriores a los terremotos, según la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) Por ello, la FICR pondrá el foco en los próximo meses en el apoyo
a la recuperación de unas 700.000 personas en cuatro sectores clave: abastecimiento de agua y saneamiento mejorado, restauración de los medios de vida, rehabilitación de las estructuras de salud y programas de salud para la comunidad, y ayudar en la reconstrucción de viviendas permanentes. Además, el invierno se acerca y una de las principales preocupaciones humanitarias es evitar el sufrimiento de las familias que viven en las altas montañas, ya que muchas de ellas perdieron sus casas de paredes gruesas y viven en refugios temporales que ofrecen poca protección contra el frío. Por ello, la Cruz Roja planea dar mantas o subsidios en efectivo a las familias para que puedan comprar ropa de abrigo y mantas.
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