Política

Ginebra

No habrá paz con Asad

Kerry exige la salida del sátrapa sirio en el inicio del diálogo en Ginebra II

No habrá paz con Asad
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Ginebra II comenzó ayer con escasas expectativas de cambio en Siria, sobre todo después de la exaltada intervención del ministro de Exteriores sirio, Walid Muallem, en el discurso de inauguración. El régimen no está dispuesto a hacer concesiones como la salida de Bachar al Asad, uno de los requisitos que ha exigido Washington para hallar la paz. Así lo manifestó el secretario de Estado de EE UU, John Kerry, que excluyó totalmente la presencia del presidente sirio en un futuro Gobierno transitorio. «No hay manera ni posibilidad de que un hombre que ha matado a su pueblo pueda volver a ser un gobernante legítimo», aseveró el jefe de la diplomacia estadounidense.

Kerry indicó que el conflicto se ha cobrado más de 130.000 muertes y recriminó al régimen por dejar morir a la gente de hambre «como arma de guerra», además de emplear otras estrategias que suponen «un ataque a la dignidad humana». El jefe de la diplomacia siria, por su parte, no tardó en culpar a los aliados internacionales y regionales de la oposición de haber contribuido «a extender el terrorismo», en una clara alusión a Turquía por haber permitido el paso de yihadistas extranjeros que cruzan por su frontera, y a Qatar y Arabia Saudí por financiar la compra de armas a los rebeldes.

«El diálogo entre sirios es la solución al conflicto, pero mientras haya países en este foro que financien a grupos terroristas, éste no tendrá éxito», apostilló Muallem, que encabeza la delegación de 15 representantes enviados por Damasco. El ministro sirio arremetió también contra los delegados de la coalición opositora en el exilio (CNFROS), considerando que esta alianza no representa al pueblo «tras haber fracasado en sus intentos de unir a la oposición». La profunda división de la oposición siria ha frenado a la comunidad internacional a la hora de donar ayudas y armas. Las luchas internas entre las facciones que forman el CNFROS ponen de relieve las rivalidades entre las potencias árabes suníes que obedecen a Qatar y el Bloque Democrático, que respalda al moderado presidente de la Coalición Nacional Siria, Ahmad Jabra, el valido de Arabia Saudí.

Pese a las duras acusaciones entre las partes, el mediador de la ONU y la Liga Árabe, Lajdar Brahimi, anunció que se reunirá hoy por separado con la delegación siria y la de la oposición para conseguir que ambos se sienten en la misma mesa a partir de mañana. Al término de la conferencia celebrada en Montreux. Brahimi aseguró que «no nos hacemos ilusiones de que vaya a ser fácil, pero vamos a intentarlo con todas nuestras fuerzas». Para insuflar optimismo, señaló que las partes se han mostrado dispuestas a discutir la mejora del acceso «al reparto de ayuda humanitaria, el intercambio de prisioneros y altos el fuego locales».