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Nueve estudiantes británicos de medicina viajaron a Siria para unirse a EI
Algunos de los estudiantes habían comunicado a sus familias sus planes y varios padres se han desplazado este fin de semana a la capital turca para tratar de convencerles de que regresen con ellos.
El número de británicos que viajan hasta Siria captados por el Estado Islámico es una realidad cada vez más alarmante. Los últimos en unirse a las filas de los terroristas han sido nueve estudiantes de medicina quienes, según reveló ayer el dominical «The Observer», están trabajando en los hospitales de las zonas controladas por los yihadistas. Sus familias se desplazaron el pasado fin de semana a la frontera turco-siria en un intento desesperado de convencerles para que regresaran con ellos a casa. El grupo –formapo por cuatro mujeres y cinco hombres– mantuvo sus planes en secreto en todo momento. Sus parientes sólo fueron conscientes después de que una de las chicas, Lena Maumoon Abdulqadir, enviara a su hermana un breve mensaje por teléfono: «No os preocupéis por nosotros, hemos llegado a Turquía y estamos de camino para presentarnos voluntarios para ayudar al pueblo sirio», escribió.
Tal y como explicó al rotativo el político turco, Mehmet Ali Ediboglu, «todos asumimos que están en Tel Abyad. El conflicto allí ahora es feroz, por lo que se necesita ayuda médica», explicó. «Les han engañado. Les han lavado completamente el cerebro», matizó después de reunirse con sus padres. Los estudiantes volaron primero a Estambul desde Sudán, donde acudían a la universidad de Jartum ya que sus progenitores querían que viviesen y se formasen en un país musulmán. Pero jamás contemplaron el riesgo de que podrían radicalizarse. Tres ya se habían graduado y el resto aún estaban estudiando. Al cierre de esta edición, no se descartaba que dos compañeros de clase sudaneses les pudieran haber acompañado. Con todo, Ediboglu recalcó que «no se podía olvidar, que son médicos». «Quieren ir allí a ayudar, no a combatir. Por lo tanto, este caso es un poco diferente», añadió. Un portavoz del Ministerio británico de Asuntos Exteriores señaló que están «ofreciendo ayuda consular a las familias» y tratando de averiguar, en colaboración con la Policía turca, «el paradero» del grupo. Las autoridades británicas descartan, de momento, un enjuiciamiento automático en virtud de las actuales leyes antiterroristas, si al tratar de regresar al Reino Unido podían probar que, en efecto, no habían estado luchando.
El premier David Cameron ha propuesto que los yihadistas británicos que viajen al extranjero para unirse a las filas de grupos terroristas tengan prohibido luego su entrada en el país. La intención de estos jóvenes no es un hecho aislado en Reino Unido, motivo por el que desde varios sectores se presiona al Gobierno para que evite la radicalización de adolescentes. El pasado fin de semana, tres jóvenes británicos, de edades comprendidas entre los 17 y los 19 años, fueron detenidos tras llegar de Turquía bajo la sospecha de haber viajado a ese país para pasar a Siria. Tras ser interrogados, los tres fueron puestos en libertad bajo fianza. En febrero, tres adolescentes londinenses de entre 15 y 16 años viajaron también a Turquía aprovechando las vacaciones escolares y cruzaron la frontera con Siria para unirse supuestamente a grupos extremistas. Más de 600 musulmanes británicos han sido reclutados por los terroristas para luchar en Siria e Irak. Al menos 24 de ellos han muerto en combate y alrededor de 200 podrían haber regresado a suelo británico con la intención de perpetrar atentados.
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