Elecciones en Pakistán

Pakistán, en la encrucijada

Alianza de gobierno. El ex primer ministro Sharif (en la imagen de sus seguidores ayer) aspira a repetir mandato
Alianza de gobierno. El ex primer ministro Sharif (en la imagen de sus seguidores ayer) aspira a repetir mandatolarazon

Condenan el chicle, los pantalones vaqueros, los ajustados, los que son para mujeres, la falda, la minifalda, la falda pantalón, la coca-cola, las medias y los escotes. Los cortes de pelo posteriores a la era del Profeta, las barbas no afeitadas según el gusto de la era del Profeta, la música, el cine, el teatro, y así una larga lista que llega hasta la luz eléctrica, las bombillas o los electrodomésticos y que puede resumirse como «el progreso desde el siglo VII en adelante». Quieren la ley islámica. Se espera que obtengan más votos que hace cinco años. Y acarician un arsenal de cabezas nucleares. El resultado de las elecciones de Pakistán va a afectar al futuro del país, pero también al de Asia. Por una parte, ha concurrido a las elecciones la primera ministra, Sheij Hasina, cuyos cuatro años en el poder destacan por haber sido la primera Administración elegida democráticamente que llega a puerto en 66 años y, a nivel islámico, por combatir la ola islamista que está batiendo a los musulmanes moderados y que está arrastrando a las minorías religiosas y las mujeres de Egipto a Afganistán, pasando por Indonesia. De ahí la importancia del resultado práctico de las elecciones en Pakistán.

Frente a Hasina, un elenco de grupos fanáticos más que generosamente bien financiados y deseosos de volver al siglo VII. Entre ellos destacan dos: la Jamaat-e-Islami, Hermandad Musulmana del sur de Asia, y el Hefazat-e-Islam, una red de madrazas que incita con regularidad las manifestaciones contra viñetas o películas y que llega a países como Holanda, Francia, Italia o España. Al margen del resultado, con Sharif perfilándose como vencedor y buscando una alianza de Gobierno con partidos menores, lo que ocurrirá a largo plazo es sobradamente conocido. El 40% de los jóvenes con menos de 30 años quiere un Gobierno religioso que implante la ley islámica, un tercio de ellos quiere que además sea militar, y menos de la tercera parte quiere alguna dosis de democracia. ¿De cuántos paquistaníes estamos hablando? De 100 millones de los 177 millones. La inminente tiranía fundamentalista de Pakistán. No es de extrañar que los intereses extranjeros se muestren cada vez más deseosos de abandonar la región, y EE UU tiene prevista la reducción de su compromiso con Afganistán en materia de seguridad en 2014. Las elecciones se condensan en los versos del poeta Feiz Ajmed Faiz: «Sigue caminando, estamos a punto de llegar a nuestro destino».

*Miembro del International American Council y ex consejero de Benazir Bhutto