Berlín
París y Berlín discuten fórmulas para favorecer el crecimiento
Alemania y Francia dejaron ayer claro que quieren evitar a toda costa una nueva recesión económica en Europa. «Pero, ¿cómo?», se preguntaba la televisión pública ARD poco después del encuentro ayer en Berlín de los ministros de Finanzas y Economía de Francia, Michel Sapin y Emmanuel Macron, con sus homólogos alemanes, Wolfgang Schäuble y Sigmar Gabriel, respectivamente. La reunión dejó claro la existencia de diferencias sobre la naturaleza y el alcance de los esfuerzos por mucho que Sapin aludiera a la estrecha amistad franco-alemana. Las distancias son más que evidentes y de ahí que París y Berlín se hayan dado de margen hasta el 1 de diciembre para presentar un informe que incluya una batería de propuestas para aumentar las inversiones en ambos países.
Están por ver los pasos que se den a partir de ahora, pero desde el lado francés su titular de Economía exigió que Alemania invierta lo mismo que se les exige ahorrar a ellos en los próximos tres años. En una entrevista en el «Frankfurter Allgemeine Zeitung», Macron aseguró que un buen equilibrio serían «50.000 millones de euros de ahorro en Francia y 50.000 millones de euros en inversiones por parte de Alemania». Una petición que para el ministro galo no supondría un problema, ya que Berlín tiene fácil conseguir esa cantidad gracias a su «seria política presupuestaria» de déficit cero en 2015. «A Francia por el contrario le faltan los medios para más gasto», matizó. Unas declaraciones que, según la prensa germana, enrarecieron el ambiente de una reunión en la que se escuchó decir a Schäuble que «las cosas no funcionan nunca cuando se le dice qué tienen que hacer». Invertir más es «el camino correcto», reconoció, aunque descarta que la inversión pública se financie vía déficit.
Pese al esfuerzo por presentar un frente unido, las declaraciones dejaron entrever que Francia apuesta por que el Gobierno sea el motor principal de la inversión. De hecho, si en un primer momento Macron subrayó que ambos países y la eurozona precisan «inversiones fuertes» tanto del sector público como del privado, Schäuble corrigió poco después que en Alemania, «buscamos movilizar principalmente la inversión privada».
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