Reino Unido
Portazo de la UE a Boris Johnson sobre la retirada del «backstop»
El escollo de la frontera con Irlanda. El «premier» exige eliminar la salvaguarda por «antidemocrática», pero Bruselas le afea que no aporte alternativas realistas
El escollo de la frontera con Irlanda. El «premier» exige eliminar la salvaguarda por «antidemocrática», pero Bruselas le afea que no aporte alternativas realistas.
Un jarro de agua fría para el primer ministro británico, Boris Johnson. El intento de acercamiento del «premier» al presidente del Consejo Europeo (CE), Donald Tusk, lejos de acercar posturas ha enfriado aún más las negociaciones.
En la carta enviada a Bruselas. Boris Johnson aseguraba que «a menos se elimine el ‘backstop’, no hay perspectiva de un acuerdo». Según el primer ministro conservador, la salvaguarda para evitar la frontera dura con Irlanda del norte conocido como “backstop” «es inviable por antidemocrática e inconsistente con la soberanía del Reino Unido como Estado». Boris Johnson argumenta que la salvaguarda impone a Irlanda del Norte leyes sobre las que sus ciudadanos no pueden decidir. Además, asegura que podría «socavar el delicado equilibrio» los acuerdos de paz firmados en el Ulster en 1998 en Irlanda del Norte, cuyo pilar es que no exista frontera entre las dos Irlandas.
En su intento de negociación, Londres rehusa presentar una alternativa concreta a la salvaguarda irlandesa. Hasta el momento solo ha propuesto sustituirla por un compromiso de que no habrá frontera física y llegar a algún acuerdo aduanero durante el periodo de dos años de transición.
La negativa de Bruselas no se hizo esperar. Tusk fue tajante en su Twitter: «La salvaguarda es una garantía para evitar una frontera dura en la isla y lo será hasta que se encuentre una alternativa. Aquellos que se oponen al ‘backstop’ y no proponen alternativas realistas están apoyando en la práctica restablecer la frontera. Incluso aunque no quieran admitirlo».
No fue la única voz crítica. En el mismo Reino Unido numerosas voces como la recién elegida líder de los liberdemócratas (LibDem), Jo Swinson, ven en este gesto de Londres una táctica para culpar a la Unión Europea en caso de un Brexit abrupto. Desde su llegada al poder, Boris Johnson ha insistido en que Reino Unido abandonará la Unión Europea el próximo 31 de octubre con o sin acuerdo. El revés de ayer aumenta las opciones para una salida caótica del bloque comunitario.
«Es cierto que nuestros amigos y socios [de la Unión Europea] son un poco negativos. Vi lo que Donald Tusk tenía que decir, y no era una sensación de optimismo. Pero creo que, en realidad lo conseguiremos. Creo que ahora hay una sensación real de que hay que hacer algo con el ‘backstop’ ya que no podemos aprobarlo en el parlamento tal como está», aseguró ayer en una entrevista con la cadena de televisión británica Sky news.
Boris Johnson, que durante esta semana tiene planeadas reuniones con la canciller Angela Merkel hoy en Berlín y mañana con el presidente francés, Emmanuel Macron, antes de la cumbre del G-7 en Biarritz, ha asegurado que se mantendrá firme para convencerles de que el «backstop» tiene que desaparecer.
Con dos posturas irreconciliables ante los 500 kilómetros de frontera, la amenaza de un Brexit salvaje se hace cada vez más patente. El departamento de Brexit anunció ayer que los ministros y funcionarios británicos dejarán de asistir a la mayoría de reuniones de la Unión Europea a partir del 1 de septiembre. El divorcio entre Reino Unido y la UE va tomando forma con la incógnita de las consecuencias que va a traer a las dos partes. Desde Bruselas se insiste que la Unión está preparada para una salida sin acuerdo y Londres también prepara sus planes de contingencia. Estamos a un paso del abismo.
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