Cástor Díaz Barrado
¿Qué ocurre?
Resulta difícil aventurar el futuro cercano en las relaciones internacionales. Se percibe una pugna por el poder que se proyecta, sobre todo, en el ámbito económico. La guerra comercial entre China y EE UU es otro episodio de un enfrentamiento más profundo. La economía está en el corazón del protagonismo en el plano internacional. Parece que éste es un buen momento para tomar posiciones y, también, para adoptar decisiones. Pero no es fácil comprender lo que está ocurriendo. Mientras China apuesta por la apertura económica y por el libre comercio, eso sí, mediante un férreo control político, Estados Unidos caminan en la dirección del proteccionismo, aunque con muchas desviaciones en otros sentidos. Los componentes multilaterales de la economía mundial no dan signos de controlar la situación y existe el riesgo de que se produzca un escenario de recesión mundial. Pero los Estados son conscientes de que unos resultarán más perjudicados que otros. La guerra comercial se está transformando en una guerra económica que da la impresión que no tiene límites y tampoco reglas comúnmente aceptadas. Reino Unido ha vinculado su futuro al destino de EE UU y todo hace presagiar que, en breve, dejará de formar parte de la Unión Europea y que, incluso, podría no tener una relación privilegiada con los 27. En cualquier caso, presenta el mayor interés cómo las hostilidades económicas repercutirán en Rusia y en la UE. La economía se ha situado en el centro de la discusión mundial. El poder de los Estados se está midiendo ahora por su capacidad de resistencia a las turbulencias económicas. Al final todo llega al punto de partida en las relaciones internacionales. La Unión Europea hace tiempo que mira a la situación económica alemana y a la capacidad de recuperación de la economía francesa. Pero seguimos sin saber exactamente qué está ocurriendo. ¿Todo es un espejismo? o, por el contrario, ¿se avecina una dura realidad?
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