Guerra en Ucrania
Respeto a una frágil tregua en Ucrania
Sólo en Debalstevo, donde se registraron combates, los rebeldes prorrusos no permitieron a la OSCE entrar
La misión especial de la OSCE para Ucrania confirmó que en las primeras doce horas del alto el fuego se ha cumplido en general, salvo en Debalstevo, donde se registraron combates, los rebeldes prorrusos no permitieron a la OSCE entrar
Después de diez meses de conflicto y cerca de 6.000 muertos, el silencio volvió a Donetsk. Sin el sonido de los misiles Grad sobrevolando la ciudad y el retumbar de las explosiones, los ciudadanos intentaban volver a la normalidad mientras hacían recuento de todo lo que la guerra les ha arrebatado. Sus casas, colegios y hospitales han quedado destrozados. Todavía ayer yacían en las calles de ciudades masacradas como Logvinovo, en la región de Lugansk, cuerpos sin vida de civiles. Con el anuncio televisado del presidente ucraniano, Petro Poroshenko, empezó un alto el fuego que, según la OSCE, se está respetando con excepciones porque todavía hay incidentes en Debaltsevo, enclave estratégico cercado por los rebeldes prorrusos.
Helena recoge los escombros de su casa destrozada por un misil horas después del alto el fuego. Por suerte, ella estaba en el sótano todavía. Nunca confió en que la paz pudiera llegar tan rápido. «Este regalo me lo mandó Poroshenko, podría haber terminado en el hospital como mi vecina», una de las últimas víctimas de la guerra. Como ella, el resto de sus vecinos intentaban recoger los pocos recuerdos que aún quedan intactos después de los intensos bombardeos.
En Gorlovka, masacrada por los combates entre el Ejército ucraniano y los separatistas prorrusos desde el inicio del conflicto, el suministro de agua sigue cortado en gran parte de la ciudad. Este territorio, ahora prorruso, pasó de unas manos a otras hasta en tres ocasiones. «La mayoría de los que dejaron la ciudad están deseando volver. Los niños hacía más de dos meses que no iban al colegio, estudiaban en casa», respira hondo Igor mientras compra en el mercado local que ayer volvió a abrir sus puertas.
Sensación de alivio y reproches entre los ciudadanos por una guerra que califican de «absurda» y que les ha marcado para siempre. «Llevo seis meses sin cobrar mi pensión del que se supone que era mi Gobierno y ha destrozado mi casa, en Europa creéis que aquí había rusos, ¿y qué si los había? Ellos me dieron 1.000 rublos, comida y protección», debate Ekatherina a su compañera Irina. «Pero Putin nos ha dejado solos, pensábamos que podríamos ser parte de la Federación Rusa como Crimea. Aquí solo nos trajeron la guerra». «El rencor va a tardar mucho en desaparecer en el este de Ucrania».
Durante el primer día de alto el fuego se podían ver camiones con milicianos y tanques remolcados por las carreteras de la capital de Donbás. En los puntos de control el número de prorrusos había disminuido y en su mayoría eran vecinos locales de la zona. De los seis controles que separan Gorlovka de Donetsk, dos estaban abandonados. Aun así tienen la orden de estar en alerta. «No pueden pasar por esta carretera porque sigue siendo peligroso, esperamos provocaciones del Ejército ucraniano», afirmaba un miembro de las milicias. «Baje la cámara, si me graban o me hacen fotos me pueden juzgar y ejecutar», nos avisaba el joven combatiente.
«Las siguientes horas son cruciales para congelar el conflicto y parar la guerra. No confiamos en que Poroshenko cumpla y reforme la Constitución. Pero seguiremos defendiendo nuestros ideales políticos, eso es algo que Kiev tiene que entender», explica Rudenko, uno de los líderes e ideólogos de la república autoproclamada de Donetsk. Uno de los trece puntos del Acuerdo de Minsk contempla reformar la Constitución ucraniana para otorgar una «autonomía especial» a las regiones de Donetsk y Lugansk.
Próximos pasos en el este
Hoy las milicias prorrusas y el Ejército ucraniano tendrán que empezar a retirar el armamento pesado de calibre superior a 100 milímetros a no menos de 50 kilómetros. Los morteros de 82 quedan exentos del acuerdo. La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), encargada de verificar la retirada de las armas, no pudo acceder ayer a Debaltsevo, donde todavía seguían registrándose explosiones y combates.
Las milicias impidieron el paso a los observadores internacionales que intentaban entrar en la ciudad cercada por los rebeldes. Allí, según los insurgentes, permanecen atrapados más de 6.000 efectivos ucranianos. El Ministerio de Defensa de la autoproclamada República Popular de Donetsk aseguró que sólo respondieron a las provocaciones de fuerzas ucranianas. Por su parte, el portavoz presidencial ucraniano, Sviatoslav Tsegolko, denunció que fueron los insurgentes prorrusos quienes abrieron fuego de artillería contra posiciones del Ejército ucraniano.
Las claves del Acuerdo de Minsk
- ALTO EL FUEGO. La tregua entró en vigor la medianoche del domingo. Hasta entonces ambos bandos aprovecharon para reforzar sus posiciones.
- VIGILANCIA. La Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) será la encargada de monitorizar el alto el fuego.
- RETIRADA. Retirada de las armas pesadas en un radio de entre 50 y 140 kilómetros en dos semanas.
- NUEVA CONSTITUCIÓN. Kiev debe reformar su Carta Magna para conceder más autonomía a las regiones prorrusas de Lugansk y Donetsk.
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