Río de Janeiro

Río de Janeiro celebra su 450 aniversario sumida en profundos cambios

El Paso Imperial en el casco antiguo de Río de Janeiro
El Paso Imperial en el casco antiguo de Río de Janeirolarazon

Río de Janeiro, la ciudad más emblemática de Brasil, celebra mañana, 1 de marzo, su 450 aniversario sumida en grandes cambios.

Río de Janeiro, la ciudad más emblemática de Brasil, celebra mañana, 1 de marzo, su 450 aniversario sumida en grandes cambios derivados tanto de la celebración del pasado Mundial de fútbol de 2014 como de la organización de los próximos Juegos Olímpicos de 2016, informa Efe.

Las diferentes autoridades involucradas en la organización de los Juegos Olímpicos han realizado inversiones por valor de 11.000 millones de dólares en obras de mejora de infraestructuras de transporte y en diversos proyectos de sostenibilidad en la ciudad.

Más allá de la construcción de la Villa Olímpica y las instalaciones deportivas, los Juegos son una oportunidad para "resolver algunos problemas que tiene la ciudad desde hace 450 años", según su alcalde, Eduardo Paes.

Algunos de los proyectos que buscan beneficiar a la población carioca de manera perdurable son una nueva línea de metro, sistemas de carriles exclusivos para autobuses, la renovación del área portuaria y la instalación de tranvías.

Para mejorar el medioambiente, el municipio y el estado de Río de Janeiro trabajan en un proyecto de limpieza de hasta el 80 % de las aguas residuales que contaminan la Bahía de Guanabara, que baña la zona norte de la ciudad y donde tendrán lugar las competiciones de vela, así como para el saneamiento de otras zonas muy afectadas por la contaminación.

Muchos son, sin embargo, los cambios que ha experimentado esta ciudad, inicialmente llamada São Sebastião, desde que el 1 de marzo de 1565 el militar portugués Estácio de Sá se asentara con sus tropas en el Morro da Cão con el fin de controlar la entrada a la inmensa Bahía de Guanabara.

El primer gran cambio con mayúsculas se produjo en 1922 cuando el entonces alcalde de Río de Janeiro, Carlos Sampaio, decidió demoler el histórico morro do Castelo, donde los portugueses habían instalado a los primeros moradores de la ciudad en 1567, alegando motivos de salud pública, pues la colina impedía una correcta ventilación del centro urbano.

Fue también en 1922 cuando comenzó la construcción del que se ha convertido en el símbolo más reconocible de Río de Janeiro: la gigantesca estatua del Cristo Redentor en la cima del Corcovado.

Otro de los grandes símbolos de la ciudad, las favela son en realidad más un problema que una bendición.

Cuando en 1897 las tropas brasileñas se sintieron abandonadas por las autoridades al volver a Río de Janeiro, después de vencer en la guerra de Canudos a los seguidores del líder religioso Antonio Conselheiro, los soldados empezaron a ocupar las laderas de los morros por ser zonas abandonadas.

Nacieron entonces las llamadas favelas, zonas difícilmente controladas por las autoridades y que durante muchos años fueron gobernadas por organizaciones criminales.

Pensando en la organización del Mundial y los Juegos Olímpicos, el Gobierno regional adoptó en 2008 una política de seguridad pública para asumir el control de estas barriadas pobres y expulsar a las bandas de narcotraficantes que las controlaban.

Mediante la instalación de Unidades de Policía Pacificadora (UPP), que hasta ahora han beneficiado a una treintena de favelas pero con el objetivo de alcanzar a la mayoría, las autoridades han conseguido en los últimos años que estas barriadas vuelvan a ser simples barrios residenciales para las clases menos favorecidas.

Esta ya era la situación cuando, el pasado 1 de enero, en la fiesta de fin de año, el Ayuntamiento de la ciudad escribió en el cielo "Río 450"con fuegos artificiales y comenzaron los numerosos eventos que servirán para conmemorar un aniversario que curiosamente durará más de un año; exactamente, hasta el 1 de marzo de 2016.

El primero de ellos fue la emisión, durante esa misma fiesta, de un vídeo grabado por el papa Francisco en el que, hablando en portugués, se dirigía los brasileños para elogiar los atributos de la ciudad, pero en el que también criticaba "las contradicciones que manchan esta belleza".

También su popular carnaval sirvió para conmemorar tan señalada fecha y la escuela de samba de Portela desfiló por el Sambódromo bajo el lema "ImaginaRIO, 450 Janeiros de uma Cidade Surreal"("ImaginaRÍO, 450 eneros de una ciudad surrealista"), un particular retrato tanto de la gente como de sus paisajes.

Conocida como la Ciudad Maravillosa, la segunda urbe más poblada de Brasil, es patrimonio de la Unesco como paisaje natural urbano desde 2012 por ser "un entorno urbano excepcional que abarca los elementos naturales clave que han dado forma e inspirado el desarrollo de la ciudad". EFE

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