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Rodríguez-Piñero, eurodiputada del PSOE: “El triunfo de Vox es el fracaso de la derecha tradicional en España”

La eurodiputada valenciana, número seis del PSOE en la lista de las elecciones europeas, habla con LA RAZÓN sobre los próximos comicios.

Rodríguez-Piñero volverá a defender los intereses del PSOE otros cinco años más en el Parlamento Europeo / Efe
Rodríguez-Piñero volverá a defender los intereses del PSOE otros cinco años más en el Parlamento Europeo / Efelarazon

La eurodiputada valenciana, número seis del PSOE en la lista de las elecciones europeas, habla con LA RAZÓN sobre los próximos comicios.

La eurodiputada Inmaculada Rodríguez-Piñero volverá a defender los intereses del PSOE otros cinco años más después de que su partido le mostrara su total apoyo y confianza dentro del Parlamento Europeo de cara a los próximos comicios que se celebrarán entre el 23 y 26 de mayo.

La política valenciana será la número seis del PSOE en la lista de las elecciones europeas, que encabezará el ministro de Exteriores, Josep Borrell, y que incorpora al sociólogo francés, Sami Naïr, como número tres del partido.

Rodríguez-Piñero asegura desde Bruselas, en una entrevista para LA RAZÓN, que hay que “plantar cara a los partidos xenófobos y euroescépticos” que intentar destruir y debilitar la UE con “falacias y falsedades”.

Entramos en la recta final para la celebración de las próximas elecciones europeas ¿Qué objetivos tiene el PSOE?

Lo primero es conseguir que la gente recupere la credibilidad, la confianza y el amor por la Unión Europea. Es fundamental defender, preservar y proteger la UE. Para ello tenemos que lograr que los ciudadanos vean una Europa que defienda sus intereses y satisface sus necesidades.

Desde el PSOE tenemos cuatro aspectos estratégicos: uno relacionado con el empleo por un derecho de trabajo más justo y común a los Veintisiete, por el marco europeo de salarios mínimos, el acceso a la sanidad universal y el programa de garantía juvenil. Uno de los principales problemas que tenemos en Europa, y en particular en nuestro país, es el paro. En segundo lugar, estaría la lucha contra el cambio climático: no podemos avanzar si no hay un crecimiento sostenible y si no logramos reducir las emisiones de CO2 que lanzamos a la atmósfera. El tercer objetivo primordial es fortalecer la influencia de la UE en el resto del mundo para hacer frente a los retos de la globalización y contar con mejor acceso a terceros mercados. Las relaciones UE-China son fundamentales. Por último, pero no menos importante, están los derechos, las libertades individuales y la igualdad de género. Hay que luchar contra la violencia de género, pues llevamos unas cifras malísimas en España, a muerte diaria de mujeres, y es algo que no podemos seguir tolerando.

¿Los comicios generales que se celebran este domingo en España podrían afectar a la participación del electorado el próximo 26-M?

Yo creo que puede ocurrir precisamente el efecto contrario, debido al entusiasmo que ha suscitado tener tan cerca las elecciones generales y también las autonómicas. La participación en estas elecciones europeas será superior a la registrada en anteriores años porque lo que está en juego es qué tipo de Unión Europea queremos y debemos plantar cara a los partidos xenófobos y euroescépticos, cuyo objetivo es presentarse a las elecciones para debilitar a la UE con falacias y falsedades porque ningún país solo puede hacer frente a los grandes desafíos globales que tenemos, y defender la Europa soberanista no es defender la UE, sino defender equivocadamente los intereses nacionales que desde luego no van a resolver los desafíos que tenemos. Yo creo que la campaña electoral y el resultado que esperamos va a permitir hacer frente a aquellos que intentan destruir la UE.

En las últimas elecciones europeas tan sólo votó el 27% de los jóvenes entre 18 y 25 años y la media de participación estuvo en torno al 40%. ¿Piensa que en España somos conscientes de la relevancia de la institución que escogen?

Son unos realmente datos contundentes, pues reflejan realmente la realidad. Es muy difícil trasladar el día a día de lo que significa la UE para los ciudadanos. Un dato importante es que el 84% de la legislación nacional procede de las directivas de las propuestas que se aprueban en el Parlamento Europeo. Desgraciadamente, la agenda nacional está ocupada por los intereses de la política nacional, y Europa sólo es noticia cuando hay problemas, con momentos de tensión como sucede ahora con el Brexit.

¿Qué consecuencias tendrá que el próximo Parlamento Europeo cuente con diputados británicos con motivo de la nueva prórroga que la UE ha concedido a Reino Unido?

Va a ser una situación muy contradictoria. Después de que Reino Unido lograra esta prórroga, los británicos deben ir necesariamente a las próximas elecciones europeas. En primer lugar resultará difícil hacer votar a un país donde sus ciudadanos no desean estar en la UE. Y, por otro lado, ¿cómo van a elegir a los representantes británicos? ¿se movilizarán más aquellos que están en contra para demostrar que no desean estar en la UE? Es una situación compleja que se debe a la incapacidad de los políticos en Reino Unido de alcanzar un acuerdo tras dos años de negociaciones. Hay que establecer condiciones acerca de bajo qué criterios van a estar presentes los diputados británicos en el próximo Parlamento Europeo.

España logró recientemente que por primera vez el Parlamento Europeo reconozca a Gibraltar como “una colonia de la Corona británica”. ¿Esto ha supuesto una clamorosa derrota para Reino Unido?

Sin duda alguna esto ha demostrado el éxito de la diplomacia económica del Gobierno de Pedro Sánchez. Es la primera vez que se reconoce que ninguna ley de la Unión Europea se podrá adoptar sin el consentimiento de España, algo que desde que somos miembros de la UE no se había producido.

Sobre el Peñón, ¿por qué no se produce más a menudo el consenso entre populares y socialistas en la UE?

Hay muchos consensos con el PP, sobre todo cuando lo que está en juego son intereses estratégicos o el futuro de Europa, sino la Unión Europea no funcionaría. Así ha ocurrido con el Brexit, con Gibraltar y con la defensa de los acuerdos comerciales. Tenemos también posiciones diferentes, lógicamente, sobre todo cuando se trata de medidas de contenido social como es el caso del permiso de paternidad, donde el PP se ha mostrado en contra.

En relación al independentismo catalán, han pasado ya más de dos meses desde que se iniciara el juicio por el “procés”. ¿Ha resultado difícil explicar a sus colegas de otros países la situación que se vive en los últimos años en Cataluña?

Al principio fue muy duro, pues el anterior gobierno de Mariano Rajoy brilló por su incomparecencia. Aquí se permitió asentar el relato del independentismo catalán. Después intervino tarde el Gobierno de España. Pero quienes que tuvimos que dar la cara aquí fuimos los eurodiputados españoles, trabajando juntos para explicar la verdadera situación que estaba ocurriendo en nuestro país, con unos políticos incumpliendo las leyes. Realmente ahora percibo que ese relato ya no tiene ese calado, por mucho que Carles Puigdemont haya intentado acudir al Parlamento Europeo para contar su versión. Este cuento ha pasado una página en la historia.

Contemplando el crecimiento de la ultraderecha en Europa, ¿se imagina una España con Vox en el poder y permitiendo disponer de armas en los hogares?

Para que eso fuera posible, Vox tendría que ganar las elecciones, y a día de hoy no concibo que los de Abascal vayan a vencer. Los partidos de derecha deben hacer una reflexión sobre la baza que ellos mismos están dado a Vox, porque esa competencia y lucha por ver quién está más a la derecha, quién hace la oferta más extremista, lo único que está consiguiendo es dar más alas a este partido ultraderechista. El triunfo de Vox es el fracaso de la derecha tradicional en España.

¿Cómo valora que el partido de Macron no descarte pactos en la Eurocámara con el Grupo Socialista? ¿Comparten ideas con la República en Marcha?

Con Macron hay muchísimas cosas que podemos compartir porque defendemos los mismos intereses. Todo lo que sea conseguir los consensos de los partidos europeístas a favor de una unión más social y con más capacidad de presión me parece que es la hoja de ruta que tenemos que seguir.