Los veintisiete jefes de Estado y de Gobierno europeos serán recibidos hoy por el Papa Francisco.

No son pocas las razones que justifican que Roma esté más vigilada de lo normal este fin de semana. A lo largo del día de hoy y mañana, 27 jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de la Unión Europea visitarán la capital romana con ocasión del 60º aniversario del Tratado de Roma, que en 1957 dio inicio al proceso de integración europea tal como lo conocemos. Hoy los mandatarios europeos y los dirigentes comunitarios visitarán en audiencia al Papa Francisco a las seis de la tarde en el Vaticano, y a lo largo de la mañana del sábado se reunirán en la Plaza del Campidoglio para rendir homenaje, en plena catarsis institucional, al nacimiento de la UE.

Los controles en la capital italiana, mediante la presencia de más de 3.000 agentes, se están intensificando visiblemente estos días también a raíz del atentado de Londres del miércoles, lo cual exige un mayor nivel de atención entre las fuerzas del orden transalpinas que vigilan la Ciudad Eterna. Entre otras cosas porque, si no fuera suficiente, el Vaticano es un objetivo declarado por parte de los terroristas del Estado Islámico, en cuanto símbolo de la fe cristiana. Las autoridades del país aplicarán un rígido control en dos zonas de la capital italiana, tanto para los coches como para los peatones: una «zona verde» y una «zona azul» que vigilarán las calles de una gran parte del centro histórico de Roma, también mediante la presencia de numerosos francotiradores en los tejados de los principales edificios. A lo largo del fin de semana, permanecerán cerrados el Coliseo y el Foro Romano, entre otros muchos lugares turísticos de la ciudad.

El ministro del Interior italiano, Marco Minniti, tras una reunión extraordinaria celebrada ayer a raíz del atentado de Londres, declaró que hay que «reforzar aún más los controles en aquellos lugares que habitualmente registran un elevado flujo de visitantes».

Según el mandatario transalpino, «todas las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y la red de los servicios de inteligencia estarán involucrados sin pausa en la actividad de antiterrorismo para reconocer cualquier posible fuente de riesgo o peligro», explicóMinniti.

El mensaje de tranquilidad coincidía con la expulsión, firmada ayer por el ministro del Interior, de un extremista islámico de origen tunecino, responsable de difundir propaganda yihadista a través de internet en Italia.