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Rusia acusa a Erdogan y su familia de comprar crudo a Estado Islámico

Imagen difundida por el Ministerio de Defensa ruso, que dice haber descubierto tres rutas por las que el petróleo robado en Siria e Irak es transportado a territorio turco
Imagen difundida por el Ministerio de Defensa ruso, que dice haber descubierto tres rutas por las que el petróleo robado en Siria e Irak es transportado a territorio turcolarazon

El Ejército ruso presenta fotos y mapas de una caravana yihadista con 240 camiones rumbo a la frontera turca.

Desde el derribo del avión Rusia acusaba a Turquía de comercio ilegal de petróleo procedente del territorio ocupado por el Estado Islámico y ayer presentó pruebas que lo confirmarían. En una multitudinaria rueda de prensa en la sede del Ministerio de Defensa, la cúpula del Ejército ruso enseñó cuantiosas imágenes aéreas, así como gráficos y mapas con las rutas. En uno de los vídeos, grabados por satélite el 13 de noviembre, día de los atentados de París, se muestra una caravana de 240 camiones rumbo a la frontera turca. «Hay un flujo constante en ambas direcciones, y la organización terrorista Al Nusra deja entrar a estos vehículos», apunta el ministro de Defensa ruso, Anatoli Antonov, que se pregunta por qué la coalición occidental, que bombardea posiciones del grupo yihadista en Siria desde hace catorce meses, nunca ha atacado o denunciado públicamente este tráfico.

«Hemos descubierto», afirma el militar, «las tres principales rutas del petróleo ilegal a Turquía, una desde los alrededores de Raqa, a través de Alepo y Azaz, hasta los puertos turcos del Mediterráneo como Dertiol y Alejandreta; otra septentrional desde los alrededores de Dair ez Zaurak a la refinería de Batman; y la tercera desde el noreste de Siria hasta la población turca de Dzhizre. Un comercio «en cantidades industriales» que supone la principal fuente de financiación del Estado Islámico –según las cuentas de Moscú– y aporta 2.000 millones de dólares anuales a las arcas del grupo. Sólo durante la semana pasada, «hasta 2.000 terroristas, más de 120 toneladas de municiones y unos 250 vehículos de diferentes tipos fueron trasladados desde Turquía hacia las filas del Estado Islámico y del Frente al Nusra», filial de Al Qaeda en Siria.

Moscú sostiene que, según sus datos de reconocimiento, «Turquía lleva a cabo actividades de este tipo desde hace mucho tiempo y de una manera regular». Si bien el alto mando presumió que esas cifras se han reducido a casi la mitad desde el inicio de los bombardeos rusos en Siria. Turquía, denunció ayer Moscú, es el principal consumidor de este petróleo robado a sus dueños.

«El cinismo de Ankara no tiene límites, Turquía ha entrado en un país extranjero [por Siria e Irak] y lo saquea sin remordimientos», señala el ministro de Defensa ruso. Además, Antonov denuncia, en este caso sin pruebas, que la élite turca financia directamente al terrorismo internacional. «Es un negocio criminal en el que están involucrados el presidente del país y su familia», afirma, recordando que el yerno de Erdogan es ministro de Energía y el hijo, Bilal, se ha convertido en este tiempo en uno de los mayores empresarios de petróleo del país. «¡Qué adorable negocio familiar!», ironizó Antonov. Según el medio Mint Press, una empresa propiedad de Bilal, BMZ, usa los puertos de Ceyhan, Turquía, y de Beirut, en Líbano, para rellenar petroleros con crudo del Estado Islámico destinados al mercado japonés.

La rueda de prensa de ayer fue la respuesta de Moscú al presidente Erdogan, que el lunes, en la cumbre del clima de París, se comprometió públicamente a dimitir si se demostraba que Turquía compra petróleo del grupo yihadista, al tiempo que retó a Putin a hacer lo propio si no podía justificar sus acusaciones con pruebas. «Los gobernantes turcos y, en particular, Erdogan, no van a dimitir, como tampoco van a reconocer nada, aunque sus caras estén manchadas de crudo robado», concluyó el ministro de Defensa turco.

Desde Ankara respondió el presidente Recep Tayyip Erdogan, tachando la respuesta rusa de «desmesurada», las acusaciones contra su familia de «calumnias» y amenazando con «represalias» contra Moscú porque «nadie tiene derecho a calumniar así a Turquía». «Hay que caer muy bajo para comerciar con el Estado Islámico», afirmó Erdogan. «Nosotros no hemos perdido los valores como para comprar crudo a terroristas», añadió el presidente, que volvió a prometer que dejaría el poder si se demuestran las acuasciones.

Una frontera «porosa»

En todo caso, incluso los socios de Turquía en la Alianza Atlántica, que defendieron la semana pasada el derribo del avión militar ruso, evitan defender públicamente a Erdogan en el asunto del comercio de petróleo. Por ejemplo, el jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, llamó ayer a Ankara a cerrar por completo su frontera con Siria, haciendo énfasis en un tramo especialmente conflictivo de 98 kilómetros, «para cesar el comercio ilegal del crudo y la circulación de terroristas en ambas direcciones». Horas antes, Ashton Carter, secretario de Defensa, llamó a Turquía a «hacer más» para controlar esa frontera, que definió como «a menudo porosa».