Francia
Sarkozy sale al rescate de la UMP
El ex presidente francés es partidario de repetir la votación y zanjar la crisis
Es para muchos el último cartucho. Desde que hace ocho días la crisis se desatara en la derecha francesa, el ex presidente se ha convertido en una suerte de salvador al que simpatizantes, militantes y algunos barones del partido se encomiendan como único recurso para sacar a la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP) del atolladero. Nicolas Sarkozy no quiere enfundarse, públicamente el papel de pacificador que algunos reclaman para él, ni el de mediador de sustitución tras el flagrante fracaso de Alain Juppé. Y eso pese al llamamiento expreso que su ex ministro y cofundador del partido hizo ayer desde las ondas: «Ahora le toca a él. Parece claro que es la única persona en este momento con la autoridad suficiente para proponer una eventual salida que yo no veo en lo que a mí respecta». En privado, sin embargo, el ex jefe del Estado no sólo ha hecho saber su «máxima preocupación» por la calamitosa situación que atraviesa el principal partido de la oposición y por la guerra por la presidencia entre François Fillon y Jean-François Copé, sino que entre bastidores parece activar todos los resortes a su alcance para calmar los ánimos.
El almuerzo de ayer con Fillon figuraba en la agenda desde hace días, pero cuadraba perfectamente para abordar las intenciones de su ex primer ministro de llevar a los tribunales los resultados de la elección interna de la UMP, lo que equivaldría a certificar su escisión. Según personas cercanas a ambos políticos, Sarkozy «no animó ni disuadió a Fillon para que continúe con sus iniciativas», aunque no habría ocultado una cierta preferencia por repetir las elecciones, tal como hizo saber el diario «Le Figaro», muy próximo a los círculos sarkozystas.
Por la mañana, Copé, cada vez menos popular entre el electorado, apelaba a «no instrumentalizar» la figura de Sarkozy, a quien ha erigido en una especie de mentor, y con quien dijo haber mantenido una conversación «calurosa y cordial» previa al encuentro con su rival. El recién proclamado presidente de la UMP fue confirmado ayer en su cargo por la comisión nacional de recursos tras 24 horas de trabajo. Justo una semana después de que lo hiciera la comisión interna de control, aunque en esta ocasión por un margen de 952 votos, bastante más amplio que las 98 papeletas que le separaban de su contrincante en el primer recuento. La instancia tuvo en cuenta el millar de votos de ultramar que olvidó contabilizar hace ocho días y decidió anular por irregularidades la votación en algunas federaciones de Alpes Marítimos y Nueva Caledonia, como reclamaba el equipo de Copé, mientras desestimó las reclamaciones de Fillon por «imprecisas».
Investido por segunda vez en sólo una semana, Copé, que rechaza de plano convocar nuevas elecciones, llamó a la «reconstrucción del partido» y solicitó el apoyo de su rival. «Le necesitamos», dijo, convencido de que pese a las amenazas «no llevará hasta el final las acciones legales contra su partido». Una sutil manera de responsabilizar a su oponente en caso de que el suicidio al que se precipita el partido acabe consumándose. Como era de esperar, la nueva proclamación, con aires de «déjà vu», no fue aceptada por Fillon, que acusó a Copé de querer imponerse «por la fuerza», ni por sus correligionarios, que no descartan ninguna posibilidad, incluso «votar de nuevo» para obtener los resultados «reales». El clan pro Fillon no considera legítima ni competente la comisión de recursos por estar presidida por un «copeísta», ni imparcial el dictamen emitido.
Dimite el tesorero de la UMP
En esta imparable escalada, la batalla saltaba ayer a la arena judicial. Temeroso de que las actas de resultados pudieran desaparecer o ser manipuladas por el entorno de Copé, el ex primer ministro obtuvo del Tribunal de Gran Instancia de París una orden de «embargo preventivo» a fin de garantizar «un acceso en igualdad» a la documentación. Sin embargo, no parece claro si los oficiales de Justicia pudieron finalmente precintar el material. Por su parte, el cuestionado presidente de la UMP interpuso un recurso para retardar la ejecución de dicha orden hasta que la comisión de apelaciones no concluyera su trabajo.
Entre los «fillonistas», las deserciones arrecian dentro del aparato controlado por Copé. El tesorero de la UMP, Dominique Dord, dimitió ayer tras acusar al presidente electo de haber «utilizado los medios de comunicación del partido en beneficio propio» durante la campaña. Además, un centenar de diputados que hoy se reúnen con Fillon estudian crear en la Asamblea Nacional un grupo independiente dentro del principal partido de centro derecha francés antes de que termine la semana, fecha tope para que los parlamentarios confirmen su adhesión a una formación y puedan así percibir los 42.000 euros que concede el Estado y que suponen una importante fuente de financiación para los partidos.
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