Reino Unido

¿Se repetirá el patrón de Escocia con el Brexit?

En la recta final de la campaña de 2014, los que apostaban por la desconexión de Londres tomaron ventaja en los sondeos

La Razón
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En la recta final de la campaña de 2014, los que apostaban por la desconexión de Londres tomaron ventaja en los sondeos

Se anuncia como referéndum histórico, hay ruptura de por medio y sobre todo miedo a que el «virus» se contagie luego por toda Europa. En la recta final, aquellos que apuestan por romper el status quo toman ventaja. Cunde el pánico. Pero finalmente gana la unidad. ¿Les resulta familiar? Queda menos de una semana para que los británicos decidan cuál será su futuro dentro de la UE y es inevitable buscar las comparaciones con el otro plebiscito histórico al que se enfrentó el mismo país hace tan sólo dos años. La pregunta es: ¿será el ya llamado referéndum del Brexit otra Escocia? ¿Ganará finalmente la unión?

«Esa es ciertamente la esperanza de la campaña por la permanencia», asegura Ian Begg, escocés y profesor del Instituto Europeo perteneciente a la London School of Economics (LSE). «Como ocurrió en Escocia, la elección ahora es economía versus sentimiento. Por una parte, están las advertencias sobre las consecuencias económicas, que favorecen a los que abogan por la razón, en este caso la campaña de la permanencia. Y luego está el argumento de recuperar la soberanía, que favorece a la campaña euroescéptica y aboga por el aspecto más emocional», matiza.

«Si nos ceñimos a esta dimensión, sí encontramos similitudes entre ambas consultas. Aunque el elemento emocional es en este caso muy diferente. Para los escoceses se trataba de un aspecto positivo acerca de la identidad, mientras que ahora, para muchos de los que quieren salir de la UE, es un sentimiento negativo anti-inmigración», recalca. Según la última encuesta telefónica elaborada por la firma BMG –realizada antes del brutal tiroteo contra la diputada Jo Cox–, un 46% de los votantes respaldaría ahora la unión frente a un 43% que aboga por la marcha del club comunitario. Con todo, existe aún un 11% de los votantes que sigue indeciso o no quiere pronunciarse. Excluyendo a este último grupo, según estos datos, se deduce que un 52% de votantes estaría a favor de permanecer en el bloque frente a un 48% pro-Brexit.

Según el director de investigación, Michael Turner, «aunque podría haber un giro importante hacia un voto por la salida de la UE, el grupo por la permanencia continúa estando muy por delante». El sondeo fue publicado ayer por el diario escocés «The Herald», el mismo que sacó a la luz la encuesta que tímidamente comenzaba a dar apoyo a los partidarios de seguir formando parte de Reino Unido días antes de la consulta de septiembre de 2014. Finalmente, aquellos que no querían cortar el cordón umbilical entre Londres y Edimburgo ganaron con diez puntos de diferencia: 55% frente al 45%.

Pero es pronto para que los eurófilos canten victoria. Cuando la misma firma BMG realizó la encuesta a través de internet, el sondeo, publicado también ayer, dio 10 puntos de ventaja a los partidarios del Brexit (55-45 por ciento). Según Begg, «ambas partes pueden ahora ganar». «Los sondeos de opinión son muy difíciles de interpretar. Hasta ahora los euroescépticos probablemente han tenido una campaña más eficaz. Pero ahora hay un auténtico campo de batalla en las redes sociales que será crucial en estos últimos días», asegura. «Esta semana es muy importante porque hay grupos como los votantes laboristas a los que aún hay que persuadir y jóvenes a los que aún hay que convencer para que vayan a votar», señala. En la consulta sobre la independencia escocesa de 2014, la movilización de los menores de 25 años durante la campaña acaparó titulares. Sin embargo, finalmente sólo uno de cada dos escoceses de 18 a 24 años acabó depositando su papeleta.

Para el referéndum del jueves, Begg prefiere no hacer predicciones, aunque concluye con una metáfora: «La mayoría de los británicos no son entusiastas sobre la UE. No lo ven como un matrimonio feliz, pero tampoco tan malo como para justificar un divorcio».