Elecciones en Alemania
Steinbrück, la primera víctima de la alianza con Merkel
El candidato socialdemócrata se va para facilitar la negociaciones con la CDU. La dirección del SPD, partidaria del acuerdo, sopesa pedir el aval de sus militantes
El candidato socialdemócrata se va para facilitar la negociaciones con la CDU. La dirección del SPD, partidaria del acuerdo, sopesa pedir el aval de sus militantes
El candidato socialdemócrata en las pasadas elecciones, Peer Steinbrück, anunció anoche su dimisión de todos sus cargos al comienzo de la conferencia que reunió al partido en Berlín para decidir si acepta entablar negociaciones con Angela Merkel para gobernar juntos. Steinbrück, que ocupó la cartera de Finanzas durante el primer mandato de la canciller, opta así por apartarse a un segundo plano y permitir que el presidente del SPD, Sigmar Gabriel, lidere de las conversaciones con los cristianodemócratas (CDU/SPD). "Mi carrera va a tener un fin ordenado", aseguró emocionado Steinbrück ante los afiliados de su partido tras asumir la responsabilidad de la derrota electoral tras una campaña en la que el partido no dejó de ponerle zancadillas e impuso un giro a la izquierda a su programa centrista.
Su marcha no fue una sorpresa dado que la negativa de Steinbrück a formar parte de otra Gran Coalición chocaba con una dirección del Partido Socialdemócrata que, anoche aceptaba abrir conversaciones exploratorias que, de tener éxito, conduzcan a unas negociaciones formales para formar un Gobierno negro-rojo. Ante las diferencias internas que despierta otra alianza con los cristianodemócratas, los delegados del SPD decidieron que el eventual acuerdo de coalición sea sometido a una consulta vinculante entre los 475.000 militantes del partido. Las primarias internas tendrías lugar antes del congreso que el partido celebra en Leipzig entre el 14 y el 16 de noviembre. Con todo, Gabriel quiso mostrar una posición de fuerza frente a Merkel y advirtió de que Los Verdes son libres de intentar también un acuerdo de coalición con la CDU/CSU y que no le asusta la convocatoria de nuevas elecciones si no se alcanza un compromiso.
El máximo órgano del SPD entre congresos, formado por 200 delegados, se reunió en la Willy Brandt Haus para analizar el decepcionante resultado electoral (el segundo peor desde el final de la Segunda Guerra Mundial) y las opciones de coalición. Al quedarse a cinco puntos de la mayoría absoluta en el Bundestag (Parlamento federal), Merkel necesita un aliado para gobernar confortablemente durante los próximos cuatro años. El hecho de que la oposición rojiverde controle el Bundesrat (Senado) aumenta las preferencias de un pacto con el Partido Socialdemócrata.
Frente al pragmatismo del presidente del SPD, que quiere iniciar los contactos con sus rivales, las bases del partido se muestran muy reacias a volver a compartir el poder con Merkel. La experiencia de su primer mandato (2005-2009) se saldó con una debacle electoral para los socialdemócratas, que perdieron 76 diputados y cayeron del 34,2% al 23%. En declaraciones al diario "The Local", el afiliado Felix Beyer cree que una "Gran Coalición sería una traición a nuestros votantes y militantes, que votaron por un Gobierno rojiverde. Creo que hay que dejar a Los Verdes dar un paso adelante". Como anticipo de un posible pacto entre el SPD y la CDU/CSU, los 192 diputados socialdemócratas volvieron a elegir presidente del grupo parlamentario a Frank-Walter Steinmeier, que fue ministro de Asuntos Exteriores con Merkel. Sin embargo, sus señorías permanecen a la expectativa de las cesiones a las que esté dispuesta la ganadora de las elecciones. "Tenemos que concentrarnos en que la señora Merkel haga propuestas políticas concretas, pero por ahora no hay nada clara", opina Joachim Pob. "El problema radica en los asuntos conflictivos, como la doble nacionalidad, el trabajo temporal o los derechos de los arrendatarios, y la CDU debe saber que no cederemos en estos asuntos", asegura, por su parte, el diputado Johannes Kahr, en alusión a las "líneas rojas"que impondrán los socialdemócratas durante las conversaciones.
Entretanto, los ciudadanos continúan pronunciándose a favor de un pacto de coalición entre los dos grandes partidos. Según un sondeo de la televisión pública ARD conocido ayer, un 48% de los alemanes desea una Gran Coalición, aunque los votantes conservadores (62%) son más entusiastas que los socialdemócratas (56%). Muy por debajo en cuanto a preferencias, estarían un acuerdo entre la CDU/CSU y Los Verdes, con 18%, o un pacto entre el SPD, ecopacifistas e izquierdistas de Die Linke, que apenas desea un 16% de los encuestados.
Aunque el nuevo Parlamento abre sus puertas el 21 de octubre, Alemania no tendrá aún gobierno para entonces. La experiencia en un país acostumbrado a los Ejecutivos de coalición anticipa un proceso largo y difícil que se extenderá hasta bien entrado el mes de noviembre. A la CDU y el SPD les llevó 60 días cerrar un pacto de gobierno en 2005, mientras que el acuerdo con los liberales del FDP, el socio natural de Angela Merkel, se demoró 25 días.
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