Estados Unidos

Tacloban: cuando la ayuda cae del «cielo» extranjero

Varias personas corren para recoger los suministros lanzados desde un helicóptero en Tacloban, ayer
Varias personas corren para recoger los suministros lanzados desde un helicóptero en Tacloban, ayerlarazon

Lo decía Alfred Romualdez, el alcalde de la devastada Tacloban, en la provincia de Leyte: «No conozco a nadie de la ciudad que no haya perdido a un ser querido». Y una semana después de que el supertifón arrasara el centro del archipiélago filipino, por desgracia hay que darle la razón. Hasta las historias de supervivencia tienen un tono amargo. Como la de Rex Madronero, un hombre de unos 30 años y natural de Tacloban. Su madre falleció el viernes pasado y su padre sigue desaparecido. Las aguas los arrastraron al paso del tifón. Cuando Madronero ya estaba a salvo, vio a dos niñas abrazadas a un tronco de un platanero y las rescató. Una de las pequeñas se reunió más tarde con algunos miembros de su familia; la otra, de 10 años, todavía no ha dado con ellos. Trisha Mae Lamsin estaba con su madre y su tía hasta que se separaron en el agua. Lamsin llevaba horas amarrada, Madronero la encontró a ocho kilómetros de donde vivía la niña. No sólo la salvó, también se propuso ayudarla a encontrar a sus seres queridos. Lamsin y Madronero llevan una semana sobreviviendo y han peinado la ciudad de Tacloban juntos en busca de los suyos. Ayer decidieron poner rumbo a Cebú (una isla en mejores condiciones) por si tanto los familiares de la niña como su padre se encuentran en algún centro de evacuados. Ayer, el medio filipino «Tenminutes» narraba su historia dejando un número de teléfono para localizar a la pequeña.

Madronero es un ejemplo de lo que critican los medios internacionales. Si no fuera por él, ¿quién se estaría encargando de Lamsin? La lenta respuesta del Gobierno del presidente Benigno Aquino y sus comentarios arrogantes le han puesto en el punto de mira. Él se defiende a diario, pero su hasta ahora buena reputación podría verse perjudicada por la gestión de la catástrofe. Hoy por fin, ocho días después, Aquino viajará a la zona cero. «Tengo la intención de ir este sábado», dijo el presidente durante una visita a un centro de coordinación de la ayuda –donde, por cierto, pidió a la cooperación española que refuerce el hospital de Tacloban–. El portavoz del presidente reconoció que «Aquino quiere ir a ver de primera mano la situación y es él quien está coordinando las labores de emergencia». Asimismo, el presidente filipino se está planteando declarar un día de luto nacional.

De lo que no hay duda es de los esfuerzos de la comunidad internacional en ayudar a Filipinas. No sólo por las cuantiosas ayudas económicas, que oscilan entre los 11 millones de la Comisión Europea a los 20 millones de Estados Unidos, sino por todo el personal extranjero que se está desplegando en la zona cero. Aunque insisten en que el acceso y la logística son un desafío para los cooperantes, se están recogiendo los primeros frutos. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA) informó ayer de que lograron repartir barritas energéticas en 20 comunidades aisladas de la provincia de Leyte, y más de 170.000 personas han recibido raciones de arroz. Las barritas «son muy nutritivas, fáciles de transportar y no necesitan ser conocinadas», destacan desde el PMA. También, los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) han empezado a tratar pacientes en Guiuan, en la isla de Samar. «En las próximas horas, establecerán un servicio completo de consultas externas y una red de clínicas móviles en barco para llegar a las zonas más aisladas de la costa», aseguran en MSF. «Hoy llegará a Tacloban un hospital hinchable donde ya se encuentra operativo un equipo de la organización». Cruz Roja Española ya ha desplegado parte de la ayuda. Su intervención se centra en la dotación de agua potable y saneamiento, la distribución de socorro y la asistencia en salud. Gracias a su Unidad de Agua y Saneamiento se podrá abastecer de agua potable de alta calidad a más de 15.000 personas diariamente. Cabe recordar que son más de 11,8 millones los afectados por el tifón, según la ONU.