Corea del Norte

Táctica para ganar posiciones

La Razón
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No es únicamente el programa nuclear norcoreano y las constantes amenazas de Kim Jong Un lo que está volviendo así de beligerante al estamento militar de Corea del Norte; se trata del colapso total del poder estadounidense bajo el Gobierno de Barack Obama. La estrategia del presidente norteamericano en Asia ha quedado en evidencia debido al espectacular crecimiento, desarrollo y protagonismo que está experimentando el gigante asiático. Estados Unidos ha dejado de ser potencia en el Pacífico y el puesto se lo ha arrebatado China. Y Pekín es, de hecho, el único «aliado» que tiene Corea del Norte. Pero peor aún es que Pyongyang venga desafiando sin mayores consecuencias a los sucesivos presidentes estadounidenses a la hora de desarrollar y distribuir su tecnología nuclear. En febrero realizó su tercera prueba nuclear y esta semana ha anunciado que reactivará todas sus instalaciones nucleares poniendo a Washington como uno de sus objetivos principales. Se da por descontado que EE UU se va a enfrentar dentro de poco al armamento balístico convencional y nuclear de Irán, desarrollado a través del apoyo norcoreano. Sí, el Ejército no es rival para el Ejército estadounidense, pero ni los talibanes ni la insurgencia baazista lo eran. El examen comparativo a efectos de armamento y filas no es definitivo sin comparar también el ánimo entre las mismas. Corea del Norte está dispuesta a llegar hasta el final. Barack Obama no. El presidente norteamericano demostró en Irak y en Afganistán que no tiene voluntad de llegar hasta el final de lo que empieza. Y sus grandes reformas militares han consistido en rebajar de forma drástica el gasto militar e introducir aspectos como la homosexualidad o las cuotas femeninas, alterando más disposición y capacidad. La Administración Obama viene utilizando además los presupuestos de Defensa como fondo privado de inversiones en energías renovables, al tiempo que desmantela las Fuerzas Aéreas y la Marina. ¿Por qué va a privarse entonces Corea del Norte de retar a Obama? Pyongyang sabe que las probabilidades de que el presidente de EE UU haga algo al respecto oscilan entre lo infinitesimal y lo totalmente insignificante. Obama no tiene la fuerza necesaria para plantar cara a Corea del Norte, de manera que la cúpula norcoreana se limita a ganar posiciones a base de humillar a EE UU. Y está enviando un mensaje: los aliados estadounidenses en Asia deben entenderse primero con China, si quieren estar protegidos de los norcoreanos. Corea del Norte no va a invadir Estados Unidos a corto plazo, pero seguirá con esta retórica belicista, provocando incidentes y realizando más pruebas nucleares. Además, habrá más armamento norcoreano llegando a manos de los enemigos de Estados Unidos.

*Periodista, ocupa la cátedra Shillman de periodismo