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Psicosis en Bangkok tras la explosión de otra bomba

La Policía busca a un sospechoso grabado por las cámaras de seguridad al dejar un paquete en el lugar de la masacre del lunes

Agentes de la policía científica de Tailandia examinan hoy en busca de pruebas la zona del centro de Bangkok donde el lunes estalló una bomba
Agentes de la policía científica de Tailandia examinan hoy en busca de pruebas la zona del centro de Bangkok donde el lunes estalló una bombalarazon

Los autores del atentado que el lunes en Bangkok se cobró la vida de veinte personas y causó más de un centenar de heridos consiguieron lo que se proponían, y han sembrado de miedo las calles de la capital tailandesa. Ayer, la explosión de otro artefacto cerca de un lugar frecuentado por turistas hizo subir las alertas en los países de la zona. «Los ciudadanos que vayan a visitar Bangkok deberían reconsiderar sus planes y evitar el viaje si no es esencial», señaló un portavoz del Ejecutivo hongkonés ayer al diario «SCMP». «Los que están allí tienen que seguir con atención los consejos de las autoridades por su seguridad y evitar las áreas afectadas por la explosión», añadió. Siguiendo estas recomendaciones, la agencia hongkonesa de viajes Wing On canceló las visitas a la capital de los quinientos viajeros que tiene ahora mismo en el país, mientras la operadora New Way Travel, con sede en Bangkok, señalaba que «el 100% de los clientes de Hong Kong habían suspendido sus viajes».

Mientras tanto, a las 14:20 hora local de ayer, un hombre lanzó otro artefacto –que en un principio se creyó que era una granada– en una terminal de servicio de transporte marítimo del río Chao Phraya, un lugar muy frecuentado por los turistas. Las imágenes mostraban cómo una cascada de agua se venía hacia arriba por el empuje de una explosión que, según dijo al diario «Bangkok Post» el general Prawut Thawornsiri, tenía como objetivo una embarcación. «Si no hubiera caído en el agua, con toda probabilidad habría causado víctimas», apuntó.

Este suceso sólo sirvió para causar más temor en una población que todavía no se había recuperado de la conmoción del atentado del día anterior. Pese a que todavía no está claro quiénes perpetraron los ataques y ningún grupo ha reclamado su autoría, el general Werachon Sukhondhapatipak dijo a Reuters que había similitudes entre las detonaciones de ambos días porque «las dos bombas eran de TNT». Por su parte, el jefe de la Policía nacional, Somyot Pumpunmuang, corroboró esta información y apuntó que había más de una persona implicada en los dos sucesos y que eran tanto tailandeses como extranjeros.

De momento, las autoridades tailandesas trabajan desde ayer en la identificación de un sospechoso. Según se podía ver en las imágenes grabadas por el circuito cerrado de televisión, un hombre, que vestía camiseta amarilla, dejó una mochila con el explosivo que estalló en la valla del templo de Erawan, minutos antes de que se produjera la masacre del lunes. «Está bastante claro que él es el que perpetró el atentado», dijo al diario «NYT» el general Prawut Thavornsiri, portavoz de la Policía nacional del país. En el que, según el viceprimer ministro y ministro de Defensa de la Junta militar, Prawit Wongsuwa, ha sido el peor atentado de la historia reciente de Tailandia, el Gobierno militar no ha querido descartar ninguna hipótesis y ha señalado tanto a los opositores al Gobierno militar como a los uigures que fueron deportados de Tailandia a China el mes pasado. Sin embargo, sí pusieron de manifiesto que los materiales utilizados por los atacantes no guardan relación con los usados por la insurgencia musulmana del sur del país, por lo que los descartaron como posibles autores.

Mientras el país permanece conmocionado ante los actos terroristas sufridos en los dos últimos días, otros 23 países han alertado a su población sobre los riesgos de viajar a Tailandia. Pese a que ninguno ha prohibido visitar el país, doce de ellos ha elevado la alarma al nivel tres y otros nueve al nivel dos, tratando de que sus ciudadanos eviten este destino. Hasta ahora, lo único que está claro es que la destrucción del turismo y la economía del país están detrás de un acto que dejó, según los últimos datos oficiales, 20 fallecidos, entre los que había turistas de Malasia, China, Inglaterra, Indonesia y Singapur.