Guerra comercial
La UE y Washington aceleran las negociaciones para un acuerdo comercial antes del 9 de julio
El Ejecutivo comunitario asegura que la llamada entre Trump y Von der Leyen supone “un impulso”
En la era Trump, en 48 horas todo puede cambiar. El inquilino de la Casa Blanca amenazó el pasado viernes a la UE con un arancel generalizado del 50% el próximo 1 de junio. Los puentes de las negociaciones parecían casi rotos, pero una conversación entre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von de Leyen y Donald Trump parece haber obrado el milagro. El ultimátum del 1 de junio ha desaparecido y ahora el objetivo es llegar a un acuerdo antes del 9 de julio.
El pasado 9 de marzo la Casa Blanca anunció por sorpresa una pausa de 90 días a las subidas arancelarias del 20% a todos los productos en el caso de la Unión Europea, aunque permanecen los incrementos del 10% generalizados, el 25% a los coches y el 25% al aluminio y al acero. Ahora, tras el susto del pasado viernes, se vuelve a este escenario.
La portavoz jefe del ejecutivo comunitario, Paula Pinho, no ha querido este lunes dar demasiado detalles de esta llamada que tuvo lugar este pasado domingo, sin que hubiese sido anunciada de antemano, pero ha asegurado que esta conversación ha dado un nuevo “ímpetu” a las negociaciones. “Acordaron acelerar las negociaciones comerciales y mantenerse en estrecho contacto”, ha explicado Pinho. Fue la presidenta del Ejecutivo comunitario la que tomó la iniciativa, después de que Trump la haya ignorado durante estos meses. En un breve saludo durante el funeral del Papa Francisco acordaron reunirse en persona, sin que por el momento haya una fecha para esta cita. Von der Leyen ya había asegurado que solo viajará hasta Washington para negociar con Trump si la administración estadounidense presenta un paquete claro.
Pero, independientemente de las tiranteces, resulta evidente que esta llamada ha iniciado el deshielo. Fruto de este compromiso, este mismo lunes por la tarde ha tenido lugar una llamada entre el comisario de Comercio europeo, Maros Sefcovic, y el secretario de Comercio de EEUU, Howard Lutnick.
La Comisión Europea no quiere dar demasiadas pistas sobre su estrategia para llegar a un acuerdo con Trump, más allá de lo que se sabe hasta ahora. Bruselas ha propuesto un acuerdo de arancel 0 recíproco a los productos industriales y también ha abierto la puerta a comprar más gas licuado a Estados Unidos y más soja. Pero hasta ahora, estas ofertas han resultado insuficientes ya que Washington quiere más allá y obligar a la UE a cambiar sus estándares en materia sanitaria, su regulación sobre los gigantes digitales o la desaparición del IVA en las exportaciones.
“Hablamos de la relación comercial más grande y cercana del mundo. Estos asuntos son complejos y llevan tiempo”, ha asegurado Pinho. Precisamente, debido a que el acceso al mercado único es un poderoso botín para Washington, sobre todo en el sector servicios, Bruselas quiere que cualquier acuerdo comercial sea más ventajoso que el que Washington ha suscrito con Reino Unido. La UE teme que Estados Unidos siga la misma estrategia y que el arancel provisional del 10% se convierta en permanente. Fuentes diplomáticas consideran que esto sería una estrategia para tapar el agujero que va causar en las arcas públicas estadounidenses la rebaja de impuestos de la reforma fiscal impulsada por Trump. Bruselas no quiere adelantar cuál sería su respuesta si no consigue que la Casa Blanca desista de este arancel.
De momento, este nuevo clima de relativo optimismo hace que la UE no haya vuelto a hacer un recordatorio de que tiene preparado un nuevo arsenal de castigos. El pasado 8 de mayo, la Comisión Europea presentó una nueva propuesta para una segunda ronda de represalias Esta nueva lista afecta a exportaciones estadounidenses valoradas en 95.000 millones de euros, desde productos agrícolas a industriales. Además, Bruselas también baraja imponer restricciones a las exportaciones europeas de chatarra y productos químicos, valoradas en 4.400 millones de euros.
En la propuesta que ahora tiene que ser negociada con las capitales europeas hasta el 10 de junio están incluidos 10.500 millones de euros en aviones y componentes aeronáuticos (incluido Boeing), 12.00 millones en automóviles y sus componentes, 12.900 en productos químicos y plásticos (excluidos medicamentos) y 6.400 en productos agroalimentarios, incluidas bebida alcohólicas como el whisky bourbon que finalmente fue retirado de la lista anterior.