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Trump desafía a Putin con una base en Polonia

EE UU desplegará en su aliado de Europa oriental a otros 1.000 soldados en la nueva base militar.

Donald Trump recibió ayer en la Casa Blanca al presidente polaco, Andrzej Duda
Donald Trump recibió ayer en la Casa Blanca al presidente polaco, Andrzej Dudalarazon

EE UU desplegará en su aliado de Europa oriental a otros 1.000 soldados en la nueva base militar.

De su reunión y su viaje relámpago salió un acuerdo, que supuestamente firmado, para enviar no menos de 1.000 soldados estadounidenses a Polonia. Los militares ya están destinados en suelo europeo, pero el gesto habla a las claras de la voluntad de la administración Trump por seguir sus propio guión y desoír las coordenadas fijadas por la política tradicional. Se trata de paso de un aviso a navegantes para la Rusia de Vladimir Putin, a la que Trump advierte mediante el refuerzo estratégico de un país clave. O quien sabe si otro desprecio hacia la OTAN, a la que sigue tratando con desdén. Los soldados se agregarían a los 4.000 que ya están destinados en el país.

En el aire, las prometidas bases militares, una de las cuales a Duda le gustaría que pudiera ser bautizada como Fort Trump. Un guiño que en otras circunstancias sonaría imprudente, incluso tonto, y que en cambio con Trump siempre parece tocar una vena sensible. Recuérdese lo sucedido en Arabia Saudí, donde como explicaba Melissa Hooper en Foreing Policy recibió 83 regalos de los jeques y acabó rendido a sus anfitriones.

Polonia, seguirá haciendo acopio de material de guerra fabricado en EE UU. La CBS habla de compras multimillonarias de aviones de combate como el F-35, el sofisticado y carísimo cazabombardero de Lockheed Martin llamado a convertirse en el avión insignia de las fuerzas armadas de EE UU hasta bien entrado el siglo. Para el presidente Duda estamos ante la evidencia de que EE UU no cejará en su empeño por situarse del lado polaco. Un país, explicó Trump, que parece encontrarse perpetuamente situado en el remolino de la historia.

A merced de todas las turbulencias políticas y militares que afectan a Europa. "Están en el medio de todo", comentó el presidente de EEUU, "Cuando suceden cosas malas, parece que Polonia es la primera que está ahí y es Desafortunada".

Entre vagas promesas respecto a la situación con China, con cuyo presidente Trump aseguró que piensa reunirse en las próximas semanas, lo cierto es que en Washington todo giraba entorno al censo. Trump acababa de acogerse a un privilegio ejecutivo para negar a enviar la información que el Congreso había solicitado sobre la intención de incluir una pregunta relativa a la ciudadanía en el Censo 2020. De tal manera que el fiscal general, William Barr, ya no podrá ser obligado a revelar la información que se le requería. El

problema del censo es que al preguntar a una persona si es no ciudadano puede dar lugar a que millones de indocumentados, o familiares, se nieguen a responder. Eso alteraría los números del censo en millones de individuos, y existen estudios bastante rigurosos al respecto, y a la postre alterarían la distribución del dinero público y el diseño de las partidas presupuestarias para los próximos diez años. Pero a Trump ni siquiera parecía importarle esta polémica.

La noche previa la cadena CNN había hecho público un sondeo según el cual está muy por detrás en los sondeos de rivales de Joe Biden y Bernie Sanders de cara a las elecciones de 2020. Poco antes de reunirse con Duda, Trump había tuiteado que "Las Fake News Falsas nunca han sido más deshonestas de lo que están siendo hoy. Gracias a Dios que podemos luchar en las redes sociales. Su nueva arma favorita es el sondeo fake, a veces conocido como sondeos de supresión (suprimen los números). Lo sufrí en 2016, pero esto es peor".

De vuelta a Duda Trump no hizo ninguna alusión a las acusaciones contra el presidente de Polonia respecto al debilitamiento del Estado de derecho, los frecuentes pulsos con la UE, las designaciones fraudulentas de jueces, los ataques a la libertad de expresión, los intentos para coartar la labor de los historiadores, el nacionalismo exacerbado que exudan muchos de sus discursos y los choques con la prensa. Donde esté Fort Trump sobra el resto.