Trump propone más gasto militar y recortes sociales en los presupuestos de 2020

Los demócratas ya han anunciado su férrea oposición al borrador de cuentas públicas.

Donald Trump, que llegó a la Casa Blanca con la promesa de reducir el galopante déficit de las cuentas públicas, presentó ayer ante el Congreso de EE UU un presupuesto de 475.000 millones de dólares. De aprobarse, sería el presupuesto más grande de la historia, con un aumento la partida de defensa del 5% y una reducción en los programas de educación. Ni que decir tiene que el presidente insiste en su petición de miles de millones (cerca de 9.000) para levantar el muro en la frontera con México. No en vano se trata de unas propuestas emblemáticas y por ella fue capaz de mantener bloqueados los presupuestos de parte de la Administración federal durante meses.

También huelga señalar que la oposición votará en contra. No en vano la pasada semana los demócratas votaron en el Congreso en contra de la proclamación del estado de emergencia por parte de la Casa Blanca a fin de desviar fondos al muro. Se espera que suceda algo similar en el Senado, si bien en esa Cámara los demócratas necesitan de varios republicanos para tumbar la propuesta.

Entre los tijeretazos más pronunciados, destacan los que afectan a las partidas de protección medioambiental, cuya principal agencia del Gobierno vive sometida al acoso del presidente desde hace meses, así como los de salud pública, con recortes de miles de millones en atención sanitaria. Al decir de comentaristas como Jim Tankersley y Michael Tackett del “New York Times”, no conviene confundir la espectacularidad de las cifras con la realidad de unas cámaras legislativas que esperan de uñas al presidente. Sobre todo el Congreso, que cambió de manos el pasado noviembre. De hecho, explican, «es poco probable que el presupuesto tenga mucho impacto en los niveles reales de gasto. Los líderes demócratas tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado declararon que el presupuesto habrá muerto al llegar el domingo».

También recuerdan que si en años anteriores, cuando Trump contaba con la teórica complicidad del Congreso, no logró convencer a los suyos en capítulos esenciales, difícilmente puede esperar lograrlo ahora que «no controlan las dos cámaras». Se trata, más que de un programa económico, de un borrador de programa electoral. Una suerte de compendio que resume y amplifica todas las guerras económicas y culturales que deben ocupar las portadas de cara a las elecciones de 2020.