Trump mima a la oposición venezolana

El líder de EE UU conmina a Rusia a salir de Venezuela tras el envío de dos aviones con militares.

Las cosas no salieron como las planearon. El tirano Nicolás Maduro sigue al mando, los narcomilitares a su vera, la inflación desatada, las cárceles para presos políticos con los cilindros a pleno rendimiento, la carestía de medicamentos y comida igual que siempre y el goteo de refugiados imparable. Pero al menos la Casa Blanca no ha olvidado del todo a los opositores venezolanos y todavía reserva un hueco para atenderlos. Al menos ayer, en el Despacho Oval, se vio a la esposa de Juan Guaidó, autoproclamado presidente interino de Venezuela, junto a Donald Trump.

Fabiana Rosales posó para los fotógrafos mientras el presidente Trump manifestaba el apoyo incondicional de su Gobierno. Al 100%, dijo. Todas las opciones siguen sobre la mesa, añadió. Como es habitual, todos los problemas pasados, presentes y hasta futuros son achacables a quienes le precedieron en el cargo. «Entre Corea del Norte y todos los problemas que tenemos en todo el mundo», dijo, «por todo Oriente Medio y Venezuela, estas son cosas que nunca deberían haber ocurrido ... Pero lo arreglaré». No dijo cómo. No ofreció pistas. No explicó qué sucederá con los sucesivos embargos, que entre otras cosas incordian a las propias petroleras estadounidenses, que necesitan del crudo venezolano para mezclarlo.

Sí fue categórico al hablar de los lazos de Moscú con Maduro: «Rusia tiene que salir», afirmó Trump al ser preguntado por la presencia militar rusa en Venezuela. El pasado domingo, dos aviones castrenses rusos aterrizaron en el aeropuerto internacional de Maiquetía con unos 100 militares a bordo. Preguntado acerca de qué puede hacer Estados Unidos para aumentar la presión sobre Maduro, Trump respondió: «Ahora mismo tienen mucha presión, no tienen dinero, no tienen petróleo, no tienen nada. Tienen mucha presión ahora mismo, así que, ya veremos». «Fuera de lo militar, no se puede alcanzar más presión de la que ya tienen», agregó el mandatario, que reiteró que mantiene «todas las opciones abiertas».

Trump pareció contradecir así sus propias declaraciones de la semana pasada, cuando afirmó que su Gobierno «todavía» no había recurrido a unas «sanciones realmente duras» contra Maduro, y que aún tenía esa herramienta disponible si veía necesario aumentar la presión. El presidente lamentó que Maduro «no acepte la ayuda» humanitaria que Estados Unidos ha posicionado en las fronteras de Venezuela, lo que consideró que «no es bueno desde un punto de vista político, ni siquiera desde el punto de vista de un dictador».

La Prensa estadounidense ha recibido a Rosales con un repaso de su gira por América, que incluyó visitas a Chile y Perú para reunirse con sus respectivos presidentes. Los medios traían perfiles de la opositora en los que alaban su estampa presidencial, su educación exquisita, y su trabajo para dotar de fondo y forma a una oposición muy maltratada por los años de chavismo y la ausencia de esperanza.

Rosales alertó de supuestos planes para atentar contra su esposo: «Queremos alertar al mundo de los posibles continuos atentados en contra del presidente Guaidó, de la ola de represión y de tensiones que han tomado niveles agresivos».