Terrorismo yihadista

El suicida de Estambul se inscribió como refugiado

Una turista llora junto a las flores colocadas en homenaje a las víctimas.
Una turista llora junto a las flores colocadas en homenaje a las víctimas.larazon

La Policía turca detiene en una amplia redada a cinco sospechosos de participar en el atentado y a 65 miembros de Estado Islámico.

Las autoridades turcas han detenido hasta ahora a cinco sospechosos directamente vinculados con la matanza de diez turistas alemanes el martes en la plaza de Sultanahmet, confirmó ayer el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, quien detalló que el responsable del atentado, identificado por el Gobierno como un sirio de origen saudí, nacido en 1988, «había entrado en Turquía como un refugiado normal». Horas antes, el ministro del Interior, Efkan Ala, había confirmado que la identificación del terrorista fue fácil gracias a que se disponía de sus huellas dactilares porque se había inscrito como solicitante de asilo. «Pero esta persona no constaba en ningún registro de sospechosos de terrorismo ni local ni de otros países con los que Turquía intercambia información», puntualizó Ala en rueda de prensa con su homólogo alemán, Thomas de Maizière.

La prensa local ya había identificado el martes al atacante como Nabil Fadli. El diario «Hurriyet», uno de los más importantes del país, aseguró incluso que el kamikaze había pedido asilo el 5 de enero en la oficina de inmigración de Zeytinburno, en Estambul, a la que acudió acompañado de otras cuatro personas. El diario describió al terrorista, según el testimonio de la guía turística Sibel Satiroglu, herida durante el atentado en un pie, como un hombre joven vestido de forma moderna, afeitado pero con una barba de perilla. La testigo relató que se hallaba junto a un grupo de entre 20 y 25 turistas alemanes cuando escuchó un «clic» y observó que el hombre activaba un mecanismo, por lo que ella gritó en alemán «salid corriendo», lo que evitó una tragedia mayor.

Los medios turcos informaron de que la Policía hizo también una redada en una vivienda en un barrio de clase alta de Estambul, deteniendo brevemente a una mujer sospechosa de tener vínculos con el Estado Islámico. La mujer fue arrestada por un teléfono móvil –por el que ella había puesto una denuncia por robo– que presuntamente fue utilizado para llamar al atacante. La sospechosa fue puesta en libertad tras ser interrogada.

En una amplia respuesta al atentado, las autoridades turcas arrestaron además a otras 65 personas acusadas de pertenecer al Estado Islámico, aunque no hay información que confirme que tuvieran una relación directa con él. La redada de mayor envergadura dentro de esta serie de operaciones se produjo en Sanliurfa, cerca de la frontera con Siria, donde 21 sospechosos fueron detenidos. Tres rusos fueron arrestados en Antalya, en la costa mediterránea, y quince sirios y un ciudadano turco que fueron arrestados en Ankara. De acuerdo con la agencia Dogan, las Fuerzas de Seguridad se incautaron de abundante documentación en los lugares donde se produjeron los arrestos. La agencia informó también de que al menos quince sirios han sido entregados a la Policía de extranjería para ser deportados.

En el lugar del atentado, las Fuerzas de Seguridad retiraron por la mañana el cordón policial y la emblemática plaza de Sultanahmet se volvió a llenar de turistas. Varias personas rindieron homenaje a las víctimas depositando rosas rojas al pie del obelisco donde ocurrió la masacre.

La prensa independiente local denunció ayer la ambigüedad del Gobierno y su responsabilidad en los atentados recientes. «Estamos sentados sobre una bomba de relojería y la única razón de esta situación es esta tolerancia obsesiva con los grupos yihadistas» del Gobierno, dijo el periódico «Hürriyet», que informó de que los servicios secretos turcos (MIT), advirtieron ya el 17 de diciembre de que el EI estaba preparando «ataques suicidas contra no musulmanes residentes en Turquía, ciudadanos extranjeros, zonas turísticas, contra embajadas y centros de la OTAN».

El ministro alemán del Interior, señaló en Estambul que entre los once heridos que siguen hospitalizados hay nueve alemanes, dos de los cuales están muy graves, además de un noruego y una peruana. Maiziére insistió en que, pese a que la mayoría de víctimas son germanas, no hay ningún indicio de que el ataque se dirigiera específicamente contra ciudadanos de ese país y que, por ello, no hay motivo para cancelar o interrumpir los viajes a Turquía. El mismo mensaje repitió en Berlín la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Sawsan Chebli, que informó que las víctimas formaban parte de un grupo de 33 turistas llegados a Turquía en un viaje organizado.