Turquía

Turquía halla propaganda de Al Qaeda en casa del policía

La invstigación. Moscú envía a Ankara a un equipo de 18 agentes para investigar la muerte de Karlov

La Razón
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Moscú envía a Ankara a un equipo de 18 agentes para investigar la muerte de Karlov

Fue un enorme fallo de seguridad. Las cámaras de televisión capturaron el lunes el momento en el que Mert Altintas, de 22 años y que servía desde 2014 en el cuerpo de Policía turca, disparó contra el embajador de Rusia en Turquía, Andrei Karlov. Otras tres personas, además del agresor, que fue abatido por las Fuerzas de Seguridad turcas, resultaron heridas. Karlov, inauguraba la exposición fotográfica «Rusia en los ojos de los turcos» en el Centro de Arte Moderno en Çankaya, un barrio céntrico de Ankara y había anunciado una semana antes su asistencia a la exhibición. Según el diario turco «Hurriyet», el embajador no iba acompañado de escolta, algo normal dentro de la rutina del diplomático.

Sin embargo, el atacante accedió al recinto vestido con traje, corbata negra y camisa blanca. Acreditó ser agente de Policía y permaneció detrás de Karlov durante todo su discurso. En un momento dado, el atacante tiroteó a Karlov, primero por la espalda y posteriormente a quemarropa, mientras gritaba: «No se olviden de Alepo y de Siria». Según explica a LA RAZÓN Eleonora Tafuro, investigadora Marie Curie para la Universidad de Oriente Medio en Ankara, «ahora mismo la situación en Turquía es un caos. No sólo en el sector militar, en el que los soldados están siendo trasladados continuamente. Un día están bajo juicio y al siguiente se les ofrece un nuevo destino. En las universidades ocurre lo mismo, muchos centros privados han sido cerrados y sus estudiantes y profesores trasladados a otros centros públicos progubernamentales. Esto nos hace pensar que este descontrol, incentivado por las purgas políticas, ha de manifestarse también en el sector de la seguridad. Es lógico que después del golpe se generen estas situaciones».

Los medios oficiales han señalado casi desde los primeros minutos posteriores a la cofradía que lidera el teólogo Fethullah Gülen, acusada de perpetrar el golpe de Estado fallido del pasado 15 de julio. El periódico «Yeni Safak» enarboló un documento, no verificado independientemente, según el cual Altintas había obtenido un permiso justo en los días posteriores a la asonada. Otro rotativo, el «Hürriyet», informó de que en casa del asesino se hallaron libros sobre Gülen y sobre Al Qaeda.

Tras el asesinato, la Policía ha detenido hasta a siete personas en relación con el crimen: el padre, la madre, la hermana, el compañero de piso y otros dos familiares del atacante. Todos ellos fueron arrestados en la ciudad de Soka, situada al oeste de Turquía.

En respuesta al atentado, el consulado de EE UU decretó el cierre de sus delegaciones diplomáticas en Estambul, Ankara y Adana. La decisión fue tomada después de que la pasada madrugada un desconocido, que ya se encuentra bajo custodia policial, abriera fuego ante la sede diplomática estadounidense.

Por su parte, el Kremlin ha enviado a Turquía un equipo de hasta 18 agentes para investigar la muerte de Karlov. El mismo avión en el que han viajado los efectivos trasladará a Rusia el cadáver del embajador, según confirmó ayer el ministro de Exteriores ruso.