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Grecia y Turquía se alían para blindar la UE ante los refugiados
Tsipras y su homólogo turco inician contactos para aplicar el acuerdo alcanzado en Bruselas. La ONU cuestiona la legalidad del pacto con Ankara por las expulsiones masivas de migrantes
Tsipras y su homólogo turco inician contactos para aplicar el acuerdo alcanzado en Bruselas. La ONU cuestiona la legalidad del pacto con Ankara por las expulsiones masivas de migrantes
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, y su homólogo turco, Ahmet Davutoglu, se reunieron ayer en Esmirna para poner en práctica el acuerdo con la UE para la devolución de refugiados sirios. «El objetivo es desalentar la inmigración irregular y reconocer a los sirios [que viven] en nuestros campamentos, a los que la UE aceptará por vías legales», explicó Davutoglu, quien matizó que su Gobierno «no obligará a nadie a irse contra su voluntad». Tsipras, por su parte, insistió en que el acuerdo «envía a los migrantes de terceros países, no a los de países en guerra», el «claro mensaje» de que no podrán cruzar Europa, tanto por la falta de voluntad política como por la presencia de obstáculos físicos. «Es la realidad que intentamos trasladarles sinceramente, para que se detengan y se reduzca este insoportable flujo a nuestros países», añadió. «Lo que está ocurriendo en el mar es un vergüenza para nuestros valores y nuestra cultura. No estamos aquí porque otros nos hayan pedido resolverlo, sino porque queremos resolverlo, porque es una vergüenza para nosotros», dijo Tsipras, tras recordar que tanto Turquía como Grecia son países de tránsito que ofrecen su hospitalidad, «pero no son la raíz del problema». Por su parte, el jefe de Gobierno turco celebró la exención de visados para sus ciudadanos, que recoge el preacuerdo con la UE.
Los resultados de la cumbre se debatirán esta mañana en el Pleno del Parlamento Europeo y los eurodiputados de los principales grupos detallarán sus expectativas de cara al Consejo Europeo del 17 y 18 de marzo, cuando se esperan los detalles del acuerdo. Turquía es la receptora de la mayor población de refugiados en el mundo y desempeña un papel crucial en esta crisis. Acoge cerca de tres millones de refugiados, y la mayor parte del millón de personas que han llegado a la UE por mar han atravesado antes por su territorio.
La UE ha claudicado ante las demandas turcas, mostrando que parece estar dispuesta a todo para que la crisis de refugiados deje de ser un problema en su territorio. Tras el principio de acuerdo con Ankara, las organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos cuestionaron ayer que la deportación de demandantes de asilo sea legal, porque quien huye de la guerra en su país, como es el caso de los sirios, tiene derecho a solicitar asilo en la UE. Sin embargo, Europa quiere acabar con las llegadas de forma ilegal. Con tanta fuerza que encontrará la manera de no contradecir el Derecho Internacional para evitar que nadie, ni inmigrantes ilegales ni refugiados, crucen de Turquía hasta Grecia sin control. Los refugiados podrán ser reubicados en la UE desde Turquía, pero tendrán que esperar en suelo turco hasta que la demanda haya sido tramitada y conozcan el país al que van a ser trasladados. En el caso de que un ciudadano sirio cruce hasta Grecia de forma ilegal, será deportado y su caso pasará a la cola en las tramitaciones legales.
Amnistía Internacional, Human Rights Watch o Médicos Sin Fronteras han levantado la voz y coincidido en tachar de irresponsable el principio de acuerdo. Las organizaciones cuestionan que sea legal y denuncian que la decisión europea también va en contra de los principios y valores que sustentan la UE. La responsable de Amnistía para Instituciones Europeas, Iverna McGowan, explicaba a Ep que el 90% de quienes buscan un futuro en Europa procede de Siria, Irak y Afganistán. «Enviarlos de vuelta a Turquía a sabiendas de que su petición de protección internacional nunca será atendida demuestra que los llamamientos de la UE para que se respeten los derechos de los refugiados son palabras vacías», se lamentaba.
Las ONG intentan casi en vano que los demandantes de asilo sean tratados «no como números», indicó el responsable de Relaciones Externas de Médicos Sin Fronteras, Carlos Ugarte. «El 88% huye de países en conflicto. Deben ser tratados con humanidad y con pleno respeto a sus derechos y dignidad», reclama.
Pero estas advertencias no parecen importar a los líderes europeos. La canciller alemana, Angela Merkel, quien abanderó en su momento la acogida de refugiados sirios, respaldaba ayer la propuesta de repatriación de refugiados que lleguen de forma ilegal a la UE desde Turquía. «Es un documento consistente», defendía ante el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, quien se deshizo en elogios ante la canciller por su actitud ante los refugiados. Para Merkel, el principio de acuerdo alcanzado el lunes es un «paso importante» para intentar atajar uno de los mayores desafíos a los que hace frente Europa. Merkel se mostró confiada en que lo acordado sea adoptado de forma vinculante la semana que viene. En este contexto, destacó, como ya hizo desde Bruselas, que el compromiso servirá para combatira a las mafias y los traficantes.
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