Política

Guerra en Siria

Un cara a cara inédito entre el régimen y la oposición

La Razón
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Más de 20 países, sin la presencia de Irán, y organizaciones internacionales se reúnen hoy en la ciudad suiza de Montreux para participar en la segunda conferencia internacional de paz sobre Siria. Y aunque nadie espera un milagro, ni encontrar la solución a la vuelta de la esquina, al menos, por primera vez en casi tres años, el régimen y la oposición se sentarán en la mesa de negociaciones e intercambiarán algo más que fuego de ametralladoras y proyectiles. Siria se ha transformado en el peor conflicto civil del siglo XXI, que supera en número de muertos y atrocidades a las guerras de los Balcanes en los años noventa. No se puede esperar que, tras tres años de lucha fratricida, de violencia, odio y venganza, se cicatricen las profundas heridas en un futuro inmediato. Ni el régimen ni los rebeldes están en posición de ganar la guerra y mucho menos ahora que la oposición armada está dividida entre moderados del Ejército Libre de Siria, brigadas islamistas y radicales yihadistas, que han abrazado a Al Qaeda y luchan entre sí. En los últimos siete meses, las tropas gubernamentales, apoyadas por la milicia chií libanesa Hizbulá, han recuperado parte del territorio que le habían ganado los rebeldes. El régimen ha reconquistado zonas estratégicas en la provincia de Homs y los suburbios de la capital, que enlazan con la carretera de Damasco a la costa occidental, esenciales para el suministro de sus tropas. Pero este avance no significa que Damasco pueda recuperar todo el territorio perdido y, seguramente, tendrá que hacer concesiones en Ginebra II.

La creación de un Gobierno interino formado por moderados del régimen que no tengan las manos manchadas de sangre y opositores, –apoyados por Occidente–, para una transición política en el país, es la propuesta que se debatirá estos dos días en Suiza. Ésta fue la fórmula que se creó en la primer conferencia internacional de Ginebra I, en junio de 2012, por la que se llamó a las dos partes enfrentadas a formar un Ejecutivo transitorio, consensuado, como solución a la guerra. Hay que tener en cuenta que en los acuerdos de Ginebra I fue excluido el régimen sirio. Hasta ahora, Asad no se ha pronunciado sobre una posible transición que contemple su salida del poder. Por su parte, la coalición política opositora (CNFORS) pone como condición que el sátrapa renuncie y sea excluido de la transición. Las posturas encontradas de los dos principales actores dificultarán las conversaciones.