Un destino incierto

La desesperación ante el cierre de las fronteras llevó ayer a un millar de refugiados a tratar de sortear la valla que separa Grecia de Macedonia. Formando una gran caravana y cargando a cuestas con todas sus pertenencias, se dirigieron andando hasta la frontera y algunos consiguieron entrar en el país vecino por la zona del río Suva Reka, donde no hay verja. Aunque normalmente este río no tiene un gran caudal, las lluvias de los últimos días han hecho crecer su tamaño.

Los solicitantes de asilo tuvieron que formar cadenas humanas para que todos los caminantes, entre ellos muchos niños y personas mayores, consiguiesen superar este torrente de agua helada. Una maniobra muy peligrosa que se cobró por la mañana la vida de tres ciudadanos afganos –una mujer y dos hombres– cuyos cadáveres fueron hallados por la Policía macedonia.

El Ministerio del Interior macedonio señaló que 700 inmigrantes entraron ilegalmente en el país y precisó que la Policía y el Ejército tratan de devolverlos a Grecia.