Estados Unidos

«Un líder en el que confiar»

El primer ministro japonés, Shinzo Abe, lima asperezas con el presidente electo de EE UU

La Razón
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Fue la primera visita de un líder internacional al presidente electo de Estados Unidos. Sin embargo, el encuentro entre el primer ministro japonés, Shinzo Abe, y Donald Trump más bien pareció la acogida en casa de un viejo amigo para disfrutar de un café juntos que un despacho entre dos mandatarios. La cita, que duró poco más de hora y media, tuvo lugar la tarde del jueves en la Torre Trump, exactamente en uno de los ostentosos salones privados del magnate y en presencia de la hija de éste, Ivanka Trump y su esposo, Jared Kushner.

Poco trascendió del contenido de esta reunión. Trump no realizó ningún comentario público y se limitó a subir una foto con el líder japonés en Facebook, donde escribió: «Ha sido un placer que el primer ministro Shinzo Abe pasase por mi casa y que de este modo comience una gran amistad». Por su parte, el mandatario nipón indicó a los periodistas que «hemos tenido una conversación amable durante un período de tiempo largo en una atmósfera muy cálida. Quiero agradecer al presidente electo Trump el encuentro que hemos mantenido, en este momento en el que tiene una agenda tan complicada. Renuevo mi convicción de que seré capaz de tener con él una relación de confianza. Como resultado de mis discusiones, creo que el señor Trump es un líder en el que puedo confiar», apuntó.

Sin embargo, para el japonés, este encuentro era algo más importante que una mera toma de contacto. Abe siempre leyó de forma cuidadosa los informes que le enviaban sus diplomáticos desde la Embajada en Washington durante la campaña electoral. Había invertido grandes esfuerzos en consolidar una alianza con Estados Unidos y la victoria de Trump podía echarlo todo por tierra. Los discursos populistas del entonces candidato republicano, que calaron sobre todo entre los votantes de Wisconsin, Michigan, Ohio y Pensilvania, ponían en peligro los pilares fundamentales de su agenda de seguridad. Especialmente alarmantes fueron para el mandatario japonés las amenazas de Trump en relación con la retirada de las tropas desplegadas en Japón a menos que pagasen a Washington la factura del despliegue. También, le preocupaban los comentarios del empresario en contra de los tratados comerciales, que han afectado precisamente a los votantes de los estados industriales que le auparon a la presidencia. Entonces, sus ataques contra los estragos que hizo el NAFTA (Canadá, México y Estados Unidos) en los 90 sólo podían significar una cosa: adiós al Acuerdo Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés).

Por este motivo, para el encuentro, Abe se había preparado para defender que el coste de la presencia militar estadounidense en Japón se debía compartir de forma justa. A la vez, tenía previsto indicar que fortalecer la alianza entre ambos países es beneficiosa para ambos en términos de seguridad y economía. Menos importante para Abe fue la discusión sobre el cambio de política respecto al TPP. Sin embargo, sí tenía previsto señalar durante la reunión que esperaba que Trump entendiese la importancia de ratificar el mismo. A la salida del encuentro evitó confirmar si habían tratado estos temas.

Las palabras de Trump causaron consternación en Japón y otras naciones asiáticas, alarmadas cada día más por el programa de desarrollo nuclear de Corea del Norte y el expansionismo chino en los territorios en disputa. Desde horas antes de la reunión, los portavoces de Trump restaron importancia a la cita y recordaron que Barack Obama sigue siendo el presidente de EE UU, y él es el encargado de dirigir las relaciones diplomáticas del país. «Creo que una conversación más a fondo tendrá que esperar hasta después de la inauguración del mandato de Trump», dijo la portavoz del equipo de transición.