África

Varsovia

Una intervención militar en el Mediterráneo

Italia lanza una misión humanitaria para contener los naufragios. La «operación Mar Seguro» triplicará los efectivos navales y aéreos

Una mujer llora por su hermana, fallecida en uno de los naufragios
Una mujer llora por su hermana, fallecida en uno de los naufragioslarazonefe

«Mar seguro». Con este nombre se ha bautizado la misión militar de carácter humanitario que Italia va a desplegar en el Mediterráneo para contener los naufragios después de que este mes más de 400 inmigrantes somalíes, eritreos y árabes perdieran sus vidas tratando de alcanzar por mar el dorado europeo. El primer ministro, Enrico Letta, ha convocado para hoy un gabinete de crisis para acordar los detalles de la intervención militar con la que se pretende poner fin a la emergencia desatada por la llegada descontrolada de ilegales a sus costas.

En principio, se trataría de triplicar el paquete de efectivos «áereos y navales» destinados en el sur de Sicilia, uno de los puertos de entrada de la inmigración ilegal al Viejo Continente. La preocupación de las autoridades italianas se ha incrementado en los últimos días por la muerte de decenas de personas que trataban de alcanzar Europa a través de los mares del sur. La desesperación de las personas que o bien huyen de los conflictos abiertos en el norte de África tras la Primaver Árabe o del hambre y la miseria en el Cuerno de África y el África Subsahariana les lleva a emprender un viaje que en muchas ocasiones puede convertirse en una trampa mortal. «Vamos a establecer una misión militar italiana para asegurar que el Mediterráneo deje de ser el mar de la muerte», declaró Letta en un acto público en Venecia en el que fue entrevistado por el director del diario «La Repubblica», Exio Mauro. El primer ministro italiano justificó esta intervención inmediata porque se trata de «una emergencia en cuestión de minutos». Contrapuso las misiones de carácter ofensivo y «unilaterales para ir a bombardear» con las «humanitarias» de las que Italia, dijo, debería estar orgulloso.

Una línea defendida también por el ministro de Defensa, Mario Mauro, en otra entrevista al diario «Avvenire». El ministro aseguró que todavía se está trabajando en los detalles de la misión de paz, pero que se espera contar con más embarcaciones y buques que puedan tener una mayor capacidad de vigilancia. «Necesitamos una acción fuerte para terminar con los naufragios», subrayó.

En la actualidad, la Armada italiana tiene desplegadas tres embarcaciones, apoyadas por cuatro helicópteros que patrullan la zona y dos aviones de vigilancia con visión nocturna. Estos efectivos están además complementados con la Policía costera y fronteriza. Italia y Malta, dos países debilitados por el zarpazo de la crisis del euro, han pedido más fondos a la Unión Europea y han exigido que la emergencia migratoria se coloque en el primer lugar de la agenda política del próximo Consejo Europeo del 24 y 25 de octubre.

«Debo decir que Frontex [la agencia europea para las migraciones] tiene la sede en Varsovia y sólo entiende de un tipo de inmigración, no de la que provoca tantas muertes en el mar. Se necesita, por tanto, una sede de Frontex con un pie sobre el Mediterráneo. Pero no podemos esperar a que Europa tome decisiones y luego las ponga en práctica», advirtió Letta.

La inmigración es una de las asignaturas pendientes de los Veintiocho. En el acto de Venecia también participó el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schultz, que defendió un cambio en la política migratoria europea para diferenciar la inmigración clandestina de la legal al estilo de Estados Unidos, Canadá o Australia y evitar que las mafias «se aprovechen de estas personas que se suicidan en barcos». Los muertos de Lampedusa han abierto un fuerte debate internacional sobre la política de inmigración y el modo de combatir a los denominados «clandestinos». El debate es especialmente intenso en Italia, donde, de acuerdo con la última legislación del Gobierno de Berslusconi, se persigue al ciudadano que atienda o dé socorro a los «sin papeles». Los activistas ven en este código un modo de criminalizar a los inmigrantes.

El primer ministro italiano aseguró el fin de semana que es partidario de realizar un cambio de legislación, pero se encuentra con una fuerte oposición parlamentaria de derecha e izquierda que considera que la regulación debe mantenerse en los términos actuales. La comisaria de Interior, Cecilia Malstrom, hizo un llamamiento para que la agencia Frontex se refuerce y sea capaz de lanzar operaciones rápidas de rescate en el Mediterráneo, desde Chipre hasta España. Reuters

Debate sobre la polémica ley Bossi-Fini

El primer ministro italiano, Enrico Letta, aseguró que no comparte la actual ley sobre inmigración, la polémica Bossi-Fini, que, entre otras cosas, tipifica como delito la inmigración ilegal y prevé penas para aquellos que socorran a los inmigrantes irregulares. Frente al Pueblo de la Libertad (PDL), que forma parte del Gobierno de coalición y defiende la ley, el primer ministro socialdemócrata se mostró partidario de abolirla. No obstante, Letta explicó que necesita «una nueva legislación en materia de asilo», pues el tema clave es cómo acoger a los refugiados que llegan desde países como Siria. En su opinión, se debe garantizar el derecho de asilo y «en el Mediterráneo debe garantizarse de una manera diferente que en el resto de Europa».