Guerrilla
Uribe acusa a Santos de imponer la «impunidad» de la narcoguerrilla
El ex líder colombiano rompe su silencio tras la detención de su hermano, al que llama «preso político»
El ex líder colombiano rompe su silencio tras la detención de su hermano, al que llama «preso político»
A dos semanas de la fecha fijada para alcanzar un acuerdo de paz en Colombia, el ex presidente Álvaro Uribe se desmarca del proceso y tensa su relación con el Gobierno de Juan Manuel Santos. El ahora senador en la oposición tildó ayer de «preso político» a su hermano Santiago Uribe, detenido el lunes pasado por presunta vinculación con el paramiliatarismo. Al hermano del ex presidente se le imputan cargos de concierto para delinquir y homicidio agravado. Entre otros, por su supuesta participación en la promoción del grupo paramilitar Los 12 apóstoles y el asesinato de un conductor de autobuses señalado por la Policía en los noventa. La oposición liderada por el ex presidente conservador considera, sin embargo, esa detención como una maniobra del Gobierno para presionar su apoyo a un acuerdo con la guerrilla de las FARC.
Sobre ese proceso de diálogo, Uribe acusó a Santos de «imponer la impunidad al narcoterrorismo para lo cual nada ahorra en aquello de someter a las instituciones y de coaccionar a los disidentes». Estas últimas declaraciones culminan el distanciamiento del Gobierno por parte de los opositores de Centro Democrático –partido creado por el ex presidente para hacer frente a Santos– que reaccionaron con dureza durante esta semana calificando la detención de Santiago Uribe una «cortina de humo», «villanía» hasta mostrarse en «rebeldía contra la dictadura».
El recrudecimiento de los ánimos en el Congreso se produce en medio del acercamiento entre ambas partes en las conversaciones de La Habana que vislumbran un final cercano al cese al fuego definitivo. «Hay avances sustanciales en la construcción del acuerdo sobre cese al fuego y hostilidades bilaterales y definitivo», aseguró el sábado el guerrillero «Carlos Antonio Lozada» –alias de Luis Antonio Losada–, quien añadió que habrá «anuncios importantes» en las próximas semanas.
Las negociaciones se retomaron el 2 de marzo con nuevo impulso al asegurar la implicación de la ONU, después de haberse estancado semanas antes por el choque de opiniones sobre la necesidad de convocar un referéndum para sellar la firma de la paz. Entre los logros recientes, destacan los pactos sobre las víctimas, desescalada de la guerra y sobre todo el acuerdo sobre la jurisdicción especial para la paz, que servirá para castigar a los responsables de los delitos de lesa humanidad. Uno de los últimos puntos que se discute en La Habana gira entorno al proceso de dejación de armas, punto sobre el que, según «Lozada», se ha producido «un intercambio» de propuestas en el tema de los territorios donde las FARC entregarían su arsenal. «Ya se está sintiendo el fin de la confrontación armada. Lo que hoy tenemos es un cese bilateral de facto», recordó Lozada sobre la disminución de la violencia tras el cese al fuego unilateral decidido por las FARC en julio pasado.
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