Francia
Valls quiere imanes que «amen a Francia»
El primer ministro francés anuncia más cursos de formación para clérigos en las universidades con el fin de frenar la influencia de los extremistas
Reuters
El primer ministro de Francia, Manuel Valls, quiere «imanes franceses, francófonos y que amen a Francia y a sus valores». Persigue implantar un islam de Francia, que deje de depender o estar influenciado desde el extranjero. Para lograrlo, el Gobierno va a fomentar la formación interdisciplinar de los imanes. En el viaje que realizó ayer a Estrasburgo –donde visitó la gran mezquita y la universidad–, Valls anunció que, antes de que termine el año, habrá doce instituciones por toda Francia en las que se dispense, como en la universidad de Estrasburgo, las clases para adquirir el diploma de «Derecho, sociedad y pluralidad de las religiones».
Estos cursos están dirigidos a los ministros de culto, personal de las colectividades territoriales y estudiantes que quieren completar sus estudios con un conocimiento sociológico, histórico y jurídico de los temas religiosos en el marco de la laicidad republicana. Valls pretende insertar a los imanes extranjeros en la sociedad francesa. El objetivo no es nuevo, ya siendo ministro del Interior afirmó que uno de los retos que tenía la República era lograr «un islam compatible con la democracia».
Estos cursos fueron inaugurados en 2011 en el seno de la Facultad de Derecho, respondiendo a una petición de las colectividades públicas y de las instituciones religiosas. Para los alumnos, se trata de «aprender y encontrar una ayuda para nuestro trabajo», como ha contado a France 3 Saliou Faye, alumno e imán en Estrasburgo, porque «hay muchos imanes sobre el terreno que ignoran la cultura de Francia y las leyes sobre la religión, y eso bloquea en algunos aspectos su misión». En el encuentro que mantuvo con estudiantes y profesores de la Universidad de Estrasburgo, Valls recusó a los que aseguran que el Estado no tiene que inmiscuirse en la gestión de los cultos, y quiso precisar que «el Estado no se ocupará de la teología, ni una ley dirá lo que debe ser el islam. No habrá tutela ni privilegios particulares». Pero, según él, no hay razón para dejar que la situación se degrade sin decir nada, mientras los propios franceses musulmanes «se inquietan ante las intervenciones extranjeras y las influencias de ciertos grupos a menudo unidos a los salafistas o a los Hermanos Musulmanes (...) y ante el activismo de ciertas fracciones radicales que hacen apología del terrorismo o extienden un antisemitismo cada vez más violento».
Este viaje a Estrasburgo tenía un segundo objetivo para Valls, como es el de movilizarse ante las elecciones departamentales que se celebran el próximo 22 y 29 de marzo y que anuncian una clara derrota de los socialistas frente a un triunfante Frente Nacional de Marine Le Pen. Según los sondeos, el Partido Socialista francés quedaría en tercera posición, por detrás de la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP) de Nicolas Sarkozy.
«La extrema derecha se alimenta del yihadismo»
En su visita a la Gran Mezquita de Estrasburgo, el primer ministro, Manuel Valls, afirmó que «la extrema derecha en Europa y en nuestro país se alimentan con el aumento del terrorismo, del yihadismo y del islamismo radical. Esos dos extremismos son un gran peligro para la democracia».
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