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Víctima del tsunami de 2004: «Todavía es muy doloroso recordar lo que pasó»

Asia rinde homenaje a los 230.000 fallecidos por el tsunami de 2004

Familiares de las víctimas del «tsunami» pasean por una playa de Tailandia afectadas por la catástrofe de 2004
Familiares de las víctimas del «tsunami» pasean por una playa de Tailandia afectadas por la catástrofe de 2004larazon

Miles de personas en toda Asia recordaron ayer con plegarias, ofrendas, discursos y otros gestos las casi 230.000 vidas que se perdieron el 26 de diciembre de 2004, cuando un «tsunami» se abatió sobre los países bañados por el océano Índico.

Miles de personas en toda Asia recordaron ayer con plegarias, ofrendas, discursos y otros gestos las casi 230.000 vidas que se perdieron el 26 de diciembre de 2004, cuando un «tsunami» se abatió sobre los países bañados por el océano Índico. «Tenemos que trabajar antes, durante y después de que una crisis como ésta suceda para salvar miles de vidas. El aprendizaje no está terminado», dijo Valerie Amos, representante de la ONU para Labores Humanitarias y de Emergencia, en un acto en Tailandia. Las naciones más afectadas fueron Indonesia, con 170.000 muertos y desaparecidos, la gran mayoría en el norte de Sumatra; Sri Lanka, con 31.000; India, con 16.400; y Tailandia, con 5.400.

Un seísmo de 9,1 grados de magnitud formó el «tsunami» en Indonesia y éste atravesó el Índico y causó muertes en 14 naciones, algunas tan distantes del archipiélago indonesio como Somalia, Kenia, Tanzania o Suráfrica. La mezquita de Baiturrahman, también conocida como la gran mezquita de Banda Aceh, capital de la provincia de Aceh y «zona cero» del «tsunami», se ha convertido estos días en lugar de peregrinación y rezos de familiares de las víctimas y supervivientes. Este edificio religioso del siglo XIX fue uno de los pocos que se mantuvo en pie y sirvió de refugio para los damnificados en los días posteriores a las olas gigantes. «El ‘tsunami’ causó un profundo dolor al pueblo de Aceh por la pérdida de seres queridos. Es como si las almas de los muertos siguieran con nosotros», dijo el gobernador de la provincia, Zaini Abdullah. La catástrofe en esa parte de Indonesia fue de tal magnitud que determinó la firma de la paz entre la guerrilla independentista musulmana y el Gobierno, tras décadas de lucha armada. El vicepresidente indonesio, Yusuf Kalla, recordó la sorprendente solidaridad que recibió Aceh de todas partes, ya que decenas de organizaciones internacionales acudieron en auxilio de Aceh, con más de 200.000 casas destruidas y 560.000 desplazados, y se dedicaron a la emergencia 6.700 millones de dólares. El primer ministro tailandés, Prayuth Chanocha, presidió la ceremonia vespertina, a la que asistieron enviados extranjeros y que se celebró en Phangnga, la provincia del sur de Tailandia que más castigó la catástrofe de hace diez años al causar 4.225 muertos y 1.555 desaparecidos. A la ceremonia, celebrada frente a la patrullera 813 de la Marina tailandesa que quedó varada a unos tres kilómetros tierra adentro y principal monumento de recuerdo para la tragedia, fueron invitados más de un centenar de familiares y amigos de víctimas mortales y supervivientes de la catástrofe. En Malasia, las extensas inundaciones que afectan al norte del país y que han obligado a evacuar a 100.000 personas eclipsaron este aniversario de la tragedia, que aún causa pesadillas a sus supervivientes. «Todavía es muy doloroso recordar lo que pasó. Estábamos todos en casa, todos menos mi hija menor [de 15 años], que estaba en casa de un vecino. Cuando la segunda ola vino, destruyó la casa, con ella dentro», recordó el pescador malayo Sabdin Ahmad, de 61 años. India y Sri Lanka recordaron también a sus víctimas con ofrendas en el mar, banderas negras y un viaje especial del tren ceilanés en el que murieron 1.700 personas arrastradas por la ola gigante.

En Europa, el presidente de Alemania, Joachim Gauck, rindió tributo a las víctimas, así como el primer ministro británico, David Cameron, mientras que el rey Carlos Gustavo de Suecia lo hizo ayer en su discurso de Navidad. El primer ministro de Australia, Tony Abbott, dijo: «Han pasado diez años y recordamos que el peor de los tiempos puede sacar lo mejor de las personas, y que los lazos de amistad entre los países del Índico nunca han sido tan fuertes». Efe