Política

Brexit

Westminster vota las enmiendas al "plan B"de May para evitar un Brexit caótico

Una iniciativa laborista propone prorrogar el artículo 50 si el 26 de febrero no hay un compromiso

Un partidario y un detractor del Brexit se encaran a las puertas del Parlamento británico ayer / Reuters
Un partidario y un detractor del Brexit se encaran a las puertas del Parlamento británico ayer / Reuterslarazon

Una iniciativa laborista propone prorrogar el artículo 50 si el 26 de febrero no hay un compromiso.

Cansados de que Theresa May no se mueva de sus «líneas rojas» al buscar un consenso en Westminster sobre la estrategia del Brexit, sus señorías han decidido pasar a la acción. Quieren tomar ellos mismos el control del complejo proceso de divorcio en la jornada decisiva que afronta hoy la Cámara de los Comunes. Tras rechazar por una abrumadora mayoría el acuerdo de retirada cerrado con Bruselas, la «premier» se vio obligada a buscar una alternativa. Pero su «plan B» resultó ser más de lo mismo. Por lo tanto, cuando esta noche se someta a una nueva votación, los diputados tratarán de sacar adelante diferentes enmiendas para evitar una salida caótica del bloque. A exactamente dos meses para la ruptura, la líder «tory» sigue negándose a descartar un divorcio sin consenso.

Entre las más de veinte propuestas presentadas por los parlamentarios, la que tiene más protagonismo es la liderada por Yvette Cooper. La laborista, respaldada entre otros por los ex ministros «tories» Nick Boles (creador del modelo Noruega Plus) y Nicky Morgan, pide una extensión del artículo 50, si para el 26 de febrero, May no ha sido capaz de sacar adelante ningún pacto de salida.

Las enmiendas no son legalmente vinculantes. Es decir, el Ejecutivo no tiene obligación de cumplirlas. Sin embargo, la de Cooper tiene una importante peculiaridad porque lo que presenta es un proyecto de ley. Para lograr su aprobación, será fundamental que el líder de la oposición, Jeremy Corbyn, anime a sus filas a apoyar la propuesta. Hasta ahora, hay muchos laboristas que se muestran reacios, ya que se interpreta que la enmienda puede aplazar el divorcio «sine díe» y eso puede ser castigado en los distritos más euroescépticos. En un principio, la diputada proponía extender el artículo 50 hasta finales de año, aunque ahora señala que los plazos «los determinarán los diputados».

La enmienda oficial del Partido Laborista propone votar sobre todas las posibles opciones para evitar una salida a las bravas, entre ellas, quedarse en la unión aduanera y alineados lo más posible al mercado común. Por su parte, los liberal demócratas solicitan un segundo referéndum, pero tiene muy pocas posibilidades de salir adelante.

En cualquier caso, May no está dispuesta a tirar la toalla y está decidida a regresar a Bruselas para solicitar más garantías sobre el polémico «backstop», la salvaguarda para evitar una frontera dura en Irlanda. Aunque la Comisión Europea insiste en que el pacto cerrado en noviembre «no está abierto a renegociación». A ese respecto, Graham Brady, presidente del Comité 1922 –que representa a los «tories» sin cartera– ha presentado una enmienda planteando «fórmulas alternativas al 'backstop'». «No sería necesario reabrir el tratado de salida. Podría hacerse a través de un codicilo legalmente vinculante al acuerdo», recalcó. «Lo que es crucial es que haya un cambio legalmente vinculante que deje claro que Reino Unido nunca podrá quedar atrapado en el mecanismo de salvaguarda a perpetuidad», añadió.

Pese a que Brady sugirió que la facción euroescéptica de la formación podría aceptar un anexo legalmente vinculante que modifique las condiciones del mecanismo de salvaguarda, el grupo ERG, que representa a los «brexiters», adelantó ayer que no respaldará la petición al ser «demasiado ambigua».

El portavoz oficial de May rehusó ayer comprometerse a que el Gobierno cumpla con las exigencias de todas las cláusulas que sean aprobadas. Aunque la mayoría no serán legalmente vinculantes, algunas instan a modificar el funcionamiento habitual de la Cámara de los Comunes para facilitar el debate y la votación de leyes propuestas por diputados externos al Ejecutivo, por lo que podrían cambiarse las reglas de juego.