Relaciones internacionales
Xi busca en EE UU aplacar el miedo a un «crack» chino
El presidente de China discutirá con Obama un pacto contra el uso de armas cibernéticas en tiempos de paz, en una intensa visita de seis días.
El presidente de China discutirá con Obama un pacto contra el uso de armas cibernéticas en tiempos de paz, en una intensa visita de seis días.
La primera visita de Estado del presidente chino, Xi Jinping, a Estados Unidos arrancó ayer en Seattle, con un marcado acento económico en medio de las turbulencias sobre la economía china. En este contexto, Xi tratará de lanzar un mensaje de fortaleza y confianza ante los grandes empresarios y financieros del país, con los que se reunirá en las próximas horas. La intensa agenda que mantendrá Xi hasta el día 28 en Estados Unidos incluye la discusión de asuntos polémicos entre ambos gobiernos, como el ciberespionaje, la construcción de islas artificiales en zonas disputadas del mar del sur de China, los rígidos controles a los negocios estadounidenses y la gestión de organizaciones no gubernamentales en el país asiático.
En pleno tumulto bursátil y entre temores de que el país no pueda cumplir su objetivo de crecer a un 7 por ciento en 2015, Xi deberá demostrar que el Gobierno chino tiene controlada la situación y que la economía es estable y está abierta a las empresas extranjeras, entre críticas que denuncian lo contrario.
A pesar de las fricciones entre ambos países, el presidente Barack Obama podría hallar algún tipo de consenso con Xi Jinping en asuntos como el cambio climático. El dirigente chino quiso reconocer, en una entrevista concedida a «The Wall Street Journal», la importancia de la cooperación entre ambas capitales en asuntos como el de Corea del Norte, el tratado nuclear con Irán, el conflicto árabe-israelí o Sudán del Sur, entre otros asuntos.
Con su intensa agenda, el líder asiático quiere relanzar su imagen ante sus conciudadanos y lanzar un mensaje de confianza ante las debilidades de la economía china. Además de su reunión con los grandes empresarios del país (el cofundador de Microsoft, Bill Gates; el multimillonario Warren Buffett; el director ejecutivo de Apple, Tim Cook, el presidente de Amazon, Jeff Bezos, y Howard Schultz, presidente de Starbucks, con más de 1.800 establecimientos en China), el presidente chino mantendrá una cena de Estado en la Casa Blanca con Obama mañana. El viernes asistirá a un almuerzo con el vicepresidente Joe Biden y visitará el Congreso, y el domingo y lunes se centrará en la ONU, donde dará su primer discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.
En Estados Unidos se considera fundamental la cuestión de la ciberseguridad. Obama cree que el robo de propiedad intelectual y el espionaje han alcanzado dimensiones desproporcionadas por parte de «hackers» chinos. Washington considera que Pekín está detrás del robo de millones de datos informáticos a funcionarios públicos. El diario «The New York Times» aseguró el pasado fin de semana que Washington y Pekín negocian un acuerdo para comprometerse a no ser el primer país en utilizar armas cibernéticas contra el otro en tiempos de paz. Un acuerdo que las potencias pueden anunciar durante la estancia de Xi y que ayudará a aumentar la confianza mutua, pese a circunstancias que sugieren lo contrario, como la orden de busca y captura que EE UU mantiene contra cinco supuestos «hackers» del Ejército chino.
Asimismo, en Washington preocupa la reclamación por parte de China de territorios en el mar del sur de China, zonas que se disputa como otros países de la zona. Obama quiere que China deje de construir islas artificiales, mientras Xi Jinping considera que tiene derechos de soberanía sobre el 80% de esas aguas. También interesa la nueva ley de seguridad nacional, la cual podría interponerse en las capacidades para hacer negocios de los estadounidenses en el país asiático.
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