Política

República Checa

Zeman, un veterano de la política, europeísta y disidente del comunismo

Ha sido un gran defensor de los intereses checos frente a Austria, con la que los roces a lo largo de la democracia han sido constantes

Milos Zeman
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Ha sido un gran defensor de los intereses checos frente a Austria, con la que los roces a lo largo de la democracia han sido constantes, debido a la central nuclear checa de Temelin y a las reivindicaciones de los checos de habla alemana expulsados de Checoslovaquia tras la Segunda Guerra Mundial.

El ex primer ministro socialdemócrata Milos Zeman será el tercer presidente en la historia democrática de la República Checa, tras ser elegido hoy con el 54 por ciento de los votos por la ciudadanía en sufragio directo.

En los años 60 del pasado siglo, Zeman militó en el Partido Comunista de la entonces Checoslovaquia, del que fue expulsado por criticar la invasión soviética del país en 1968, que acabó la experiencia liberalizadora de la "Primavera de Praga".

A partir de ahí se convirtió en una voz incómoda para el régimen totalitario, por lo que perdió varias veces el empleo, y sólo pudo ejercer su vocación de analista de previsiones cuando se promulgó la democracia en 1990.

Por entonces estaba afiliado al Foro Cívico, un movimiento de disidentes e intelectuales en torno a Vaclav Havel, que asumió las riendas del poder de manera pacífica durante la "revolución de terciopelo".

Zeman refundó poco después, junto con algunos correligionarios suyos del exilio, el Partido Socialdemócrata (CSSD), que se caracterizó por sus tesis anticomunistas.

Su época de primer ministro, entre 1998 y 2002, estuvo asociada a momentos de gran auge económico, y también a algún déficit democrático, debido a un pacto de convivencia con la oposición conservadora, que inhabilito los órganos de control parlamentario.

Por aquellos años, su Ejecutivo negoció gran parte del acceso a la Unión Europea, a la que el país centroeuropeo accedió en 2004.

Zeman es un europeísta que defiende una idea federalista de la Unión que se aleje del concepto de un superestado en el que Bruselas ostente todo el poder.

Ha sido un gran defensor de los intereses checos frente a Austria, con la que los roces a lo largo de la democracia han sido constantes, debido a la central nuclear checa de Temelin y a las reivindicaciones de los checos de habla alemana que fueron expulsados de Checoslovaquia tras la Segunda Guerra Mundial.

La postura proisraelí de Zeman también le llevó a soltar andanadas contra el islám, al que considera una anticivilización financiada por el dinero del petróleo y las drogas.

Tras dejar la dirección del partido socialdemócrata en 2001 y, un año después, la jefatura del Gobierno, Zeman trató de coronar su carrera política concurriendo en 2003 a la elección como jefe del Estado.

Pero sus criticas a la cúpula del partido socialdemócrata le hicieron fracasar en ese primer asalto a la presidencia por la falta de apoyo de sus correligionarios en el Parlamento.

A partir de ahí se recluyó en su casa de campo y rompió lazos definitivamente con la socialdemocracia oficial, hasta que en 2009 reapareció liderando una pequeña formación, el Partido de los Derechos de los Ciudadanos (SPOZ), que a punto estuvo de entrar en el Congreso en las legislativas de 2010.

Durante sus años alejado de la política, Zeman se dedicó a escribir sus memorias, ajustar cuentas con sus colegas de partido -por los que se sintió traicionado-, y a comentar la realidad política, a veces de forma demoledora y mordaz.

Zeman está casado por segunda vez y tiene un hijo de cada una de sus esposas.