La Razón del Domingo
El mejor rally de Samuel
Folgueral abrió una crisis en el PSOE al pactar con un condenado por acoso sexual y ser elegido alcalde de Ponferrada
Al arquitecto Samuel Folgueral, ex socialista y actual alcalde de Ponferrada, le fascinan las carreras de coches, los rallies de asfalto. Ha ganado varios torneos en Castilla y León y participó en campeonatos nacionales. Un día cambió su pasión por la velocidad por el vértigo de otra competición: la política. Hace unos meses, aceptó una grave incomodidad (pactar con Ismael Álvarez, ex político del PP y antiguo alcalde de la ciudad condenado por acoso sexual a Nevenka Fernández) para alcanzar el Gobierno municipal de Ponferrada, la segunda ciudad más importante de León, tras la capital, con 68.000 habitantes, y arrebatárselo al Partido Popular. Quizá ésta era la meta. Su meta. O no. El problema es que la «incomodidad» (el «error», en boca del líder socialista Rubalcaba), le ha obligado a abandonar su partido, el PSOE. A pesar de que quedó por escrito que Álvarez se retiraría de la política en cuanto Folgueral alcanzara la alcaldía, el hecho de aliarse con un condenado por acoso le ha llevado a recibir críticas durísimas («desmesuradas y crueles», según su círculo cercano) y a saltar a otro asfalto, el de las peleas internas de los partidos y el juicio en la plaza pública.
Hijo de un capitán de la marina mercante y una maestra, nieto de sastre, el mayor de cuatro hijos, amante de la filosofía, de los diseños arquitectónicos más funcionales, de la música (escucha a The Cure), de la velocidad y del Barça, su equipo de siempre. También le gusta viajar, participar en proyectos altruistas y pasear por Ponferrada, donde nació, en 1963, y donde siempre ha vivido (exceptuando sus años de estudio en La Coruña). Está casado y tiene dos hijos, de 17 y 11 años. Quiere compaginar la alcaldía con su estudio de arquitectura y, en palabras de los que le acompañan en su nueva aventura independiente, «el pacto lo hizo por Ponferrada, para poner orden en el Ayuntamiento, con una deuda de 60 millones de euros y gente pasándolo mal». Esto dicen los que le quieren. Los que no, hablan de ambición, falta de escrúpulos y ansias de poder. Sólo él lo sabe.
Samuel Folgueral no pertenecía al PSOE hasta 2011. Le habían «tentado» en otras ocasiones, pero ganó las elecciones como independiente (encabezando la lista del PSOE) y, unos meses después, decidió afiliarse. Su interés por entrar en política de forma activa le vino desde fuera. «Le convencieron desde el Grupo Socialista, con el que había tratado por temas urbanísticos».
La supuesta deuda de 60 millones de euros no se ha confirmado (ni desmentido) oficialmente. «En los años del "boom", el dinero fluía a mansalva. Se solicitaron créditos de hasta 30 millones. Cuando llegó la crisis, el Ayuntamiento quedó absolutamente lastrado», explican las fuentes. Además, según añaden, se habían externalizado servicios como el transporte urbano.
¿Con o sin ética?
«La situación era insostenible», repiten personas cercanas a Folgueral. «Lo vio como una forma de comenzar a trabajar por el pueblo», le disculpan. Hace un mes, el propio Ismael Álvarez dada su fuerte enemistad con el anterior alcalde, Carlos Riesco, del PP, y con la intención de retirarse de la política, ofreció el pacto fáustico a Folgueral. «Entonces se informó a la agrupación socialista municipal, la provincial, la autonómica y a la federal de lo que estaba ocurriendo», explican sus colaboradores. La disculpa de Alfredo Pérez Rubalcaba de que le faltaba información sobre la moción de censura que se había hecho en Ponferrada les resulta «incomprensible».
Justo después de anunciar que abandonaba el PSOE, el 10 de marzo, Folgueral dio la siguiente explicación al acuerdo con Álvarez: «Es una cuestión matemática, ocho [concejales socialistas] más cinco [concejales del grupo de Álvarez] suman 13. Y 13 son más que 12. Eso permite estabilidad», declaró el nuevo alcalde de Ponferrada. Sobre su posible carencia de ética al ayudarse del condenado por acoso sexual, respondió: «Ése es otro tema. Es una cuestión de procedimiento. Si una vez tomada la decisión hubiéramos tenido que esperar a que dimitiese, el alcalde [Carlos López Riesco] podría dilatar el proceso y no convocar un Pleno. Tuvimos la percepción de que eso haría inviable la moción. Además, esa persona [Ismael Álvarez] lleva ejerciendo labor pública desde hace dos años. La legislación no impide lo que hicimos. Existe un vacío legal que no se nos puede achacar a nosotros. Gracias a nuestro acuerdo, esta persona ahora está fuera de la política».
Una herida que no cicatriza
Pasan los días, pero el PSOE no se recupera de un golpe que le ha dejado tocado y que ha provocado una profunda reflexión en el Partido Socialista. El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, afirmó desconocer los detalles de la moción de censura en Ponferrada y el «orden» exacto de los factores del trato que aupó a Folgueral al Ayuntamiento. Muchos atribuyen el fallo a Óscar López, secretario de Organización del PSOE. «Me cegaron las ganas de que se fuera [Ismael Álvarez]», declaró el propio López tras disculparse por activa y por pasiva, en público y en privado. Pero estas explicaciones parecen no ser suficientes. En su propia cuenta de Facebook entonó un mea culpa, pero pocos son los apoyos que recibe de los propios socialistas. Se sigue sin entender las razones de un acuerdo como éste.
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