La Razón del Domingo
¿Los asesinos perfectos?
Lee Harvey Oswald y Jack Ruby son los dos protagonistas principales del magnicidio
Si hubiera que buscar un asesino para el presidente de Estados Unidos, Lee Harvey Oswald nos vendría como anillo al dedo. En él convergen todos los atractivos para los amantes de las conspiraciones: loco solitario con afán de protagonismo, simpatizante de la Cuba castrista pero también cercano a los violentos anticastristas de Nueva Orleans. Para muchos, el culpable del crimen del siglo. Para otros, como él mismo se encargó de anunciar a los cuatro vientos, una cabeza de turco. Esa misma oscuridad también se ha adueñado del hombre que acabó con la vida de Oswald, el oscuro propietario de un cabaret en Dallas con vínculos con el crimen organizado, y que quiso evitar a Jacqueline Kennedy, según sus palabras, el mal trago de tener que volver a la ciudad tejana para declarar en el proceso contra el supuesto asesino de John F. Kennedy.
Medio siglo más tarde, Oswald sigue siendo el candidato perfecto para realizar tres disparos en tres segundos con un rifle muy rudimentario y barato, un Mannlicher-Carcano comprado por correo bajo el alias de A. Hidell, junto con un revólver, el mismo con el que parece ser mató a un policía que quiso identificarlo. Todo parece demasiado sencillo. En estos días se han abierto y digitalizado buena parte de los archivos policiales de esos días. Entre ellos, a golpe de clic, aparecen los documentos que Oswald guardaba en su casa el 22 de noviembre de 1963. Todos resultan inculpatorios y reafirman la teoría del radical de izquierdas que quiso acabar con el sueño americano. Pero, ¿eso era así?
A los 15 años había ingresado en la Civil Air Patrol, un grupo que tenía entre sus tutores a un extraño personaje llamado David Ferrie, relacionado con los bajos fondos de Nueva Orleans. Se sabe que Ferrie pilotó un avión que salió de Dallas el 22 de noviembre de 1963, poco después del magnicidio. Vinculado a los anticastristas que trabajaban para la CIA con la intención de invadir la isla caribeña, en 1967 fue llamado a declarar por el controvertido fiscal Jim Garrison para que dijera todo lo que sabía del caso. No lo pudo hacer porque lo encontraron muerto de un infarto en su casa.
Algún testigo ha afirmado que Ferrie acompañó a Oswald al Carrusel, un local de «streap-tease» en Dallas, propiedad de Jack Ruby. La Comisión Warren, encargada de establecer la verdad sobre los sucesos de Dallas, determinó que Oswald y Ruby se conocían.
Esos detalles no aparecen en el perfil biográfico que sobre él escribieron para el presidente Lyndon B. Johnson y que se acaba de desclasificar. En él se recuerda su paso por los Marines, pero no la opinión de compañeros suyos, como Nelson Delgado, quien recordaba que «Oswald era un mal tirador». Sí se subraya que en 1959 desertó a la Unión Soviética, donde conoció a Marina, la que sería su esposa y madre de sus dos hijos. Sería allí donde coincidiría con Truman Capote, según afirma el escritor en «Música para camaleones».
Cuando regresa a Estados Unidos, Oswald se instala con su familia en Dallas. Allí conoce a gente peculiar, como George de Mohrenschildt, un rico petrolero y exiliado ruso que lo ayudó en repetidas ocasiones. Mohrenschildt estaba relacionado con una tía de Jackie Kennedy y se sabe, por nueva documentación desclasificada, que en 1964 fue investigado por la Policía de Dallas en relación con el magnicidio. En 1977, el Comité Selecto de la Cámara de Representantes sobre Asesinatos, encargado de reabrir el caso, lo llamó a declarar, considerándolo un testigo clave. Nunca llegó a hacerlo porque se suicidó. El empresario sabía que Oswald se había fotografiado posando con sus armas y que había disparado contra un radical tejano, el general Edwin Walker.
Una vecina de los Oswald, Ruth Paine, fue la encargada de facilitar a Lee un trabajo en el almacén de libros de texto de Dallas, desde cuya sexta planta se disparó contra Kennedy. Las declaraciones de la renta en ese tiempo de los Paine siguen siendo material clasificado.
¿Y Ruby? Cuando fue arrestado, subrayó que actuó solo. Sin embargo, en 1964 con un proceso contra él, empezó a cambiar su versión, asegurando que tras él había una serie de oscuros intereses, hasta el punto de declarar que Kennedy no habría muerto si Johnson no hubiera sido vicepresidente. Murió en 1967. Antes de su fallecimiento, Ruby le dio una larga entrevista a la periodista Dorothy Kilgallen explicando su versión de todo. Pero Kilgallen no la publicó jamás porque murió en 1965 de manera repentina y no se encontraron sus notas sobre Dallas. Otro misterio.
Vida de Oswald
18 de octubre de 1939. Nace en Nueva Orleans. Se crió en un centro de acogida de menores.
1955. Se une a los 15 años a la Patrulla Aérea Civil de Luisiana. Aprende a disparar.
1956-59. Se alista en el Cuerpo de Infantería de Marina. Es destinado a la base Aérea Naval de Atsugi, Japón, donde trabaja como operador de radar.
1959. Deserta a la Unión Soviética. Proporciona secretos sobre el radar U2.
Mayo de 1962. EE UU renueva el pasaporte a Oswald.
Junio. La familia de Oswald regresa a EE UU.
Marzo de 1963. Oswald compra un revólver calibre 38 Special Smit & Wesson y un fusil 6,5 mm. Mannlicher Carcano.
Abril. Regresa a vivir a Nueva Orleans.
Agosto. Pone en marcha el Comité de Juego Limpio con Cuba.
19 de noviembre. Publican la ruta del convoy presidencial en Dallas.
22 de noviembre. Asesina a John F. Kennedy.
24 de noviembre. Muere asesinado por Jack Ruby cuando era trasladado a la cárcel del condado.
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