La Razón del Domingo
Pío XII
Una dama socialista espurriaba hace poco por una televisión que Dios castigó al Cardenal Pacelli, luego Papa Pío XII, con sufrimientos indecibles en una inacabable agonía de hipo. No hay nada como la crueldad cabalgada por la ignorancia. El siglo XX, tan próximo, se estudia poco, siendo crucial y apasionante: auge y caída del comunismo y el nazifascismo, dos guerras mundiales, una «gripe española» que mató a treinta millones de personas en los felices años 20, la era atómica, la Guerra Fría, la apertura de nuevas fronteras espaciales y tecnológicas. Pío XII, pese a haber sido Nuncio en Alemania, no podía saber hace 80 años (cuando Hitler llegó a Canciller) si el nacionalsocialismo iba a cumplir con «Mein Kampf» y ganar sus guerras posteriores. Los judíos no reprochan a su memoria que hiciera por su suerte lo que pudo, embutido el Vaticano en el fascio de Mussolini; casi un rehén. El Holocausto, la Shoah, se evidencia cuando el Ejército Rojo libera Aushwitz y Patton-Dachau. Ni Churchill ni Roosevelt (menos Stalin) advirtieron el genocidio en Europa. El nazismo aspiraba a religión mitológica y, triunfante, habría continuado con la «debilidad» del cristianismo, «esa secta judía». La pregunta de Stalin: «¿Cuántas divisiones tiene el Papa?».
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