Fin de año
Adiós 2020, no queremos verte más: estos son los propósitos de Año Nuevo de la redacción de Lifestyle
2021, te esperamos con los brazos abiertos: mucho amor, salud, moda y vida.
Nos han faltado muchas cosas y también nos han sobrado otras cientas. No es el año que había planeado, inocente de mi, cuándo el 1 de enero de 2020 decía aquello de que no sabía que pasaría este 2020 pero que era un número que me gustaba y que seguro que nos traería algo bueno. Pues no, no lo ha sido. Y lo siento pero yo me niego a decir eso de que seguro que este 2021 será mucho mejor. Lo siento pero no lo diré. La vacunación de esta maldita pandemia ha empezado y con eso se supone que llega el principio del fin, pero aún nos queda mucho por luchar, mucho por aprender y mucha mascarilla por llevar. Pero si algo me ha enseñado este 2020 es a abrirme en canal, en quitarme ese armadura de sentimientos que llevaba puesta. Por eso, aunque aquí nunca somos protagonistas nosotras y os hablamos de terceros, hoy quiero (queremos) abrir nuestro corazón. Porque este 2020 se merece terminar así, por todo lo alto.
Hoy quiero terminar el año hablando en primera persona, poniendo el corazón en cada letra, café en mano mientras escucho en bucle ‘Entre sobras y sobras me faltas’ de Antonio Orozco. Porque para abrir mi corazón necesito una canción así, de esas que me ponen la piel de gallina, me tocan el corazoncito y me hacen recordar todo lo que ha sobrado este 2020, que ha sido mucho. Qué hubiera sido de nosotros este años sin la música. Pero no os voy a mentir, a mis 31 años, no tengo dudas de que este maldito año también ha sido el que más me ha enseñado. Ya dicen que los humanos aprendemos a base de golpes, a base de tropezar con la misma piedra y volver a levantarnos. Y eso es lo que me ha pasado a mi este año, como supongo que a muchos de vosotros. Yo que soy de mucho hablar y de poco callar, he aprendido a hacerlo detrás de una mascarilla y miles de litros de gel hidralcohólico. Yo que era de las que odiaba dar dos besos o abrazar, he aprendido la falta que me hacen. Y mucha. En este año que como diría Antonio José, nos han congelado los besos y los abrazos. En el año en que hemos aprendido que no hay mañana y que nos han quedado pendientes muchas cosas. ¿Qué te ha quedado pendiente a ti? Nos han frenado en seco, nos han enseñado a parar para reconectar con nosotros mismos y nos han enseñado lo que es el miedo de verdad, la incertidumbre y el no poder planear.
¿Os dais cuenta? Aprender y enseñar son las palabras que más estoy repitiendo. Y ese es creo que es el mejor resumen de mi año. Nos han dado un buen tortazo de realidad para valorar lo más simple de la vida. Un café entre risas, una sonrisa, un concierto, un paseo por la calle sin miedo, coger un avión, un abrazo, una caricia...Y eso es la vida señores. Por eso, mis propósitos de 2021 son esos. VIVIR, pensar menos, planear menos. VIVIR EL MOMENTO. Porque este puñetero 2020 me ha enseñado eso, vive joder vive, Gemma. Que a lo mejor no hay un mañana.
Por todo eso y más, he querido acabar de una manera especial el año. Otro año os estaría hablando delos propósitos de Año Nuevo de los famosos o influencers de nuestro país, pero este año no. Hoy lo quiero humanizar, poner nuestro corazón en cada palabra y por eso le he pedido a mis compañeras sus propósitos para este 2021. Y aquí los tenéis. Adiós 2020, no queremos verte más. Estos son los propósitos de Año Nuevo de la redacción de Lifestyle:
- Aprender a vivir el momento: menos planear, menos organizar, menos darle vueltas a todo. Más sentir, escuchar al corazón, la pasión. Simplemente vivir.
- Ver todos los atardeceres y amaneceres que me ha robado 2020: la magia de la vida es eso, sentirse libre, respirar.
- Aprender a ser valiente: este año nos ha demostrado que nada es para siempre, así que además de salud, yo le pido al 2021 valentía para arrancar todos los proyectos que han quedado inconclusos este. La vida está llena de sorpresas y total, el no ya lo tenemos...
- Darle valor a mi tiempo: pasar más tiempo con mi marido, mi familia y mis amigos y tratar de demostrarles cada día que me importan de verdad.
- No enfadarme: y cuando digo no enfadarme es no enfadarme nunca, pase lo que pase. Me encanta esta filosofía de encajar todo y entender todo con buen humor. Es un reto.
- Desconectar del móvil: aunque con nuestro trabajo es casi imposible, encontrar horas o días para desconectar de redes sociales y WhatsApp y reconectar con nosotras mismas.
- Relativizar más en general con la vida y sus obligaciones: ser más constante en el deporte, tener más tiempo para leer, dejando a un lado las pantallas. Tiempo para mi.
- Viajar (más) y todas las veces que nos ha robado 2020: puede parecer obvio, posiblemente sea el propósito de la mayor parte de la población, pero es algo que no deja de repetirse en mi cabeza desde comienzo de verano. Quiero que comience el 2021, que se acabe esta incertidumbre, coger una maleta y perderme en uno de los destinos que tengo pendiente desde hace meses. No hablo de Nueva York o París, con una ciudad pequeña con la naturaleza como gran atractivo, me vale.
- Dejar a un lado la incertidumbre profesional: mejor dicho, un futuro sin menos incertidumbre. Puede ser complicado, más todavía en la crisis en la que nos encontramos pero, ¿qué mejor momento que ahora para un nuevo comienzo? Después de estos meses, nada está seguro...
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