Gimnasia
Ejercicios que funcionan contra la celulitis
Hay muchas teorías sobre qué causa la celulitis, ese efecto acolchado de la piel que quita el sueño especialmente a las mujeres. Para los problemas de circulación o la acumulación de toxinas, hay multitud de tratamientos orientados a eliminar la celulitis con cremas, masajes, frío, calor, láser, ultrasonidos o aspiradoras. Sin embargo, todo parece indicar que la celulitis es simplemente grasa subcutánea, y que estos tratamientos solo mejoran la apariencia de la piel temporalmente. La única forma de reducir la celulitis a largo plazo es reduciendo la cantidad de grasa, y para esto únicamente existe un método, que es la combinación de ejercicio y dieta. Lo que sí es cierto es que la celulitis suele presentarse en zonas donde la grasa es resistente. Los adipocitos liberan grasa cuando reciben una señal hormonal, pero ciertas células de esta (en caderas y muslos, por ejemplo) tienen menos receptores y «no se enteran». Para que comiences a quemar grasa es necesario un estímulo mayor. Por este motivo el ejercicio suave de larga duración, como la bicicleta estática o esas máquinas de subir escaleras, no sirve. Los mejores resultados se han obtenido con ejercicios más intensos, como los de intervalos o los ejercicios de pesas.
Los peligros de los edulcorantes sin calorías
A estas alturas ya habrás oído que el azúcar en tu dieta es peligrosa. El exceso de esta se asocia con el aumento del riesgo de la diabetes, la obesidad y las enfermedades cardiovasculares; especialmente, la que consumes casi sin darte cuenta en forma de refrescos azucarados. Una solución es pasarse a los edulcorantes sin calorías. Sin embargo, varios estudios han comprobado que la gente que consume sobre todo edulcorantes artificiales padece más diabetes y obesidad. Si no tienen calorías, ¿qué está pasando? Parece que lo que se produce es una causalidad inversa: las personas que ya tienen obesidad son las que precisamente consumen mayor cantidad de edulcorantes sin calorías en un intento de controlar su peso. Además, está el efecto de la compensación, es decir, pensar que como tomas un refresco light, no pasa nada si te comes otro trozo de pastel. Por último, los investigadores apuntan a que algunos edulcorantes sin calorías podrían alterar la flora intestinal y predisponer a la ganancia de peso al ingerir otros alimentos, aunque estos efectos se dan con cantidades muy altas. La solución no es volver al azúcar, sino moderar el consumo de alimentos edulcorados en general y desintoxicarse de los sabores dulces, que tienen un efecto adictivo.
Para conseguir tus objetivos, mídete
En un experimento ya famoso de la fábrica Hawthorne en los años 20 se intentó mejorar la productividad de los empleados haciendo cambios en su entorno. Para sorpresa de los investigadores, al aumentar la iluminación, por ejemplo, mejoraban los resultados, pero al disminuirla también. Al final concluyeron que ello se debía a que los trabajadores sabían que estaban siendo observados. Este efecto también se produce cuando tú te miras a ti mismo. Por eso a la hora de cambiar de hábitos, perder peso, hacer deporte, meditar o cualquier otra mejora en nuestra vida, es fundamental medir los progresos. El cerebro interpreta este seguimiento como alguien externo que nos está observando y se compromete inconscientemente con el cambio, aunque seamos nosotros los vigilantes. Éste es el motivo por el que las pulseras digitales y las apps para hacer seguimiento de tu dieta, tu actividad física o tus sueños funcionan bien. Los progresos, al hacerse visibles, se convierten en una fuente de motivación. Por ejemplo, para perder grasa corporal es bueno hacer una gráfica con la medida de tu cintura. Si la curva de los centímetros va hacia abajo, sabes que estás en el buen camino.
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