Los secretos de Ana Obregón

«Lo tiene todo mi María Antonia», decía la canción, y nunca mejor dicho. La que no ha prescindido de nada, en cuanto a belleza se refiere, es nuestro personaje de hoy: Ana García Obregón.

«Lo tiene todo mi María Antonia», decía la canción, y nunca mejor dicho. La que no ha prescindido de nada, en cuanto a belleza se refiere, es nuestro personaje de hoy: Ana García Obregón. Ácido hialurónico en los pómulos, blefaroplastia de párpado superior e inferior excesivo, hasta el punto de achinarle en exceso los ojos y uso abusivo de bótox en labios y para reducir las arrugas de la frente.

La bióloga y actriz tiene una tendencia natural a quitarse años, ejerciendo de jovencita tanto en su manera de vestir como de actuar. Le gusta rodearse de hombres más jóvenes que ella y se mantiene tan estupenda gracias al yoga , su gran descubrimiento, con el que además ha ganado en elasticidad.

Entre sus cuidados de belleza, recurre con frecuencia a Karine, una fisioterapeuta de origen armenio que también trabaja a nivel estético. Según cuenta la propia Karine, «Ana, además de simpática, es una mujer muy generosa. Siempre dispuesta a hacerme regalos».

Luce una cuidadísima melena, alargada con extensiones. Para el cuidado de su piel, utiliza crema de Avene con color, protección 50. Por la mañana, Capital Lumiere de Clarins ,y, por la noche, Caviar Luxe, de La Prairie.

Los tratamientos de belleza, sobre todo radiofrecuencia, los realiza en el prestigioso centro Mery Vázquez, en el centro comercial El Bulevar de La Moraleja (Alcobendas).

Cuida su alimentación, sobre todo para permitirse algún dulce, que son su debilidad. Pero gracias a sus estudios de Biología, se puede decir que es toda una experta en nutrición.