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Cosas que alegran la vida

Carmen Lomana, con Ágatha Ruiz de la Prada en los premios de la revista «Interiores»
Carmen Lomana, con Ágatha Ruiz de la Prada en los premios de la revista «Interiores»larazon

Esta crónica va dedicada a las personas maravillosas que me encuentro en el deambular de la vida, especialmente esta semana, que ha sido muy dura y no me gusta quedarme con lo desagradable y tóxico.

Esta crónica va dedicada a las personas maravillosas que me encuentro en el deambular de la vida, especialmente esta semana, que ha sido muy dura y no me gusta quedarme con lo desagradable y tóxico. Quiero escribir de las personas que hacen que la vida merezca la pena. Mi paso por «MasterChef» ha sido una experiencia vital más que culinaria. Encontrarme con personas a las que conocía, exceptuando a Boris o Mario Vaquerizo, era de una forma muy social sin tener tiempo para profundizar. En los fogones todos hemos desnudado nuestro auténtico yo. Incluso diría que hemos vuelto al cole, nos hemos hecho pequeños y dejado de postureos mostrándonos con todas nuestras debilidades y miedos, pero también con alegría y generosidad en los momentos en los que relajábamos la tensión. Entre mis compañeros hay uno que siempre pensé que iba a ser el ganador y ese es Óscar Higares, un hombre extraordinario, de los que cada vez quedan menos, con una habilidad a la hora de cocinar admirable, guapo donde los haya, con esa hombría en sus formas, en saber tratarnos con delicadeza. No soy de llorar, pero cuando vi que lo eliminaban no pude evitarlo. Conozco la ilusión que ponía en cada plato para que sus hijas se sintiesen orgullosas de él. Esa es una tónica general en mis compañeros con hijos, cocinan pensando en ellos y si les duele la eliminación es por la desilusión que puedan sentir los niños. Al otro lado estamos los sin hijos, que aun no teniendo esa motivación queremos que nuestros padres, hermanos o amigos se alegren de vernos.
El cariño iba creciendo a medida que pasaban las semanas. Mucha gente me pregunta si era divertido. Esa no es la palabra exacta. Cuando llegábamos por la mañana muy temprano no había tiempo de risas, era más bien la ansiedad, la duda de lo que nos tocaría ese día, también mucho cansancio. Pero nos decíamos palabras de ánimo, nos abrazábamos y besábamos; ese momento antes de entrar al plató es precioso. Cuando nos sentíamos alegres era en el viaje camino de diferentes ciudades donde cocinamos en exteriores para cientos de personas. Estas ciudades nunca podíamos conocerlas, no nos dejaban pasear ni salir del hotel, pero daba lo mismo. El momento cena era para relajarnos y reírnos. Así veía pasar una semana y otra, siempre pensando que la siguiente podía ser la de mi expulsión... Y para que nos demos cuenta de que la mayoría de la gente es buena, de 14 concursantes solo había una persona conflictiva, a la que intentábamos no tomar demasiado en serio sus malas formas para no crear malas vibraciones. Y hablando de gente válida, anteayer se entregaron los premios de la revista «Interiores» a reconocidos diseñadores y arquitectos. Presidido por el presidente del grupo Planeta, Don José Creuheras, y su bellísima mujer. Fue una cena muy entrañable, rodeada de estupendos amigos. Raquel Sánchez Silva presentó el acto con una elegancia y soltura que todos reconocimos. Tuve la suerte de ser su compañera de mesa y poder recordar, junto al decorador Tomás Alía, Joana Bonet y Pascua Ortega, anécdotas interesantes en las que se habló de grandes diseñadores y arquitectos españoles, sin olvidar los grandes de nuestra moda pasados y presentes.

Mientras escribo esta crónica estoy viendo los premios Princesa de Asturias. Un acto del que todos los españoles de bien debemos sentirnos muy orgullosos por el gran homenaje a la cultura universal desde el bello Teatro Campoamor, tan lleno de recuerdos para mí. Allí vi mi primera ópera, «Turandot», en uno de sus palcos con mis padres. Siempre me emociona recordarlo. Vivamos lo bello y lo positivo que nos ofrece la vida.