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El duelo postvacacional: cuando vuelves a casa y ya no está

Al estrés postvacacional se suma la intensificación de los procesos de duelo cuando se ha perdido recientemente a un ser querido

El duelo postvacacional: cuando vuelves a casa y ya no está
El duelo postvacacional: cuando vuelves a casa y ya no estálarazon

Volver de las vacaciones y darte cuenta que ya no volverá a llevar a sus nietos al cole. O que ya no te prepará jamás ese café mañanero que se había convertido en rutina. Es el duelo postvacacional.

Volver de las vacaciones y darte cuenta que ya no volverá a llevar a sus nietos al cole. O que ya no te prepará jamás ese café mañanero que se había convertido en rutina. El móvil ya no sonará hacia mediodía porque se ha ido para siempre. La vuelta de vacaciones intensifica los procesos de duelo tras la pérdida de un ser querido, como indica el Grupo ASV Servicios Funerarios.

“Las vacaciones, para bien o para mal, nos dan una tregua a este respecto. El tiempo de asueto nos distrae, la vida social aumenta y los días se llenan de actividades, playa, cafés, familia y amigos. Ese ajetreo, el aumento del ritmo durante unas semanas, nos lleva casi inevitablemente a pensar menos en lo sucedido”, explica Luisa Pedrero, psicóloga de Apoyo Al Duelo.

Más, la vuelta a la rutina que supone la vuelta al trabajo hace que las distracciones desaparezcan y, poco a poco, llega el momento de asimilar la pérdida. “Es a partir de ese momento cuando asumimos que nuestro ser querido realmente ya no está. Y, en ese punto, nos damos de bruces con la realidad. Y necesitamos reestructurar nuestra vida diaria”, señala Pedrero.

“Muchas personas viven estas etapas de duelo post-vacacional con mucho estrés y ansiedad. El dolor de reconstruir una rutina en la que ya no estará alguien querido es enorme: no queremos que nadie más lleve a los niños al colegio, pues sería aceptar, y acostumbrarnos a renunciar a la compañía de nuestros seres queridos fallecidos. Es una lucha interna: una parte de nosotros, de manera natural, va asimilando su ausencia; la otra se resiste. Por supuesto, aceptarlo es algo que lleva su tiempo: no puede hacerse de la noche a la mañana, y es importante que, si alguien cree que no puede hacerlo por sí mismo, pida ayuda”, advierte Pedrero, quien señala que el tiempo y la rutina son nuestros mejores aliados.

De ahí que para superar ese duelo postvacacional no haya mejor solución que la vuelta a la rutina. Eso sí, teniendo siempre presentes a los que nos han dejado.